domingo, 29 de diciembre de 2019

TECHO DE CRISTAL Y SUELO PEGAJOSO

Entre suelos pegajosos y techos de cristal
Techo de cristal y suelo pegajoso
Las brechas salariales entre hombres y mujeres constituyen un fenómeno multicausal. Desde la existencia de una cultura patriarcal, vinculada con las diferencias en cuanto al acceso a la educación por género; la segmentación de roles asumidos por mujeres y hombres ante las responsabilidades familiares; las oportunidades del mercado de trabajo, que ubica preferiblemente a la mujer en mercados secundarios, con trabajos más inestables y menor retribución salarial; la clasificación social del trabajo, que sitúa el cuidado de las personas en una escala de reconocimiento social y salarial menor, espacios altamente feminizados; hasta la ausencia de habitus y estrategias en torno al poder por parte de las mujeres. Son muchos campos (económico, político, cultural, social, educativo, religioso y familiar) los que han construido condiciones materiales, habitus y prácticas para la existencia de una desigualdad retributiva entre hombres y mujeres y de un techo de cristal.

En países Europeos como España emergen en el presente siglo legislaciones orientadas a la igualdad efectiva de trato y oportunidades entre hombres y mujeres (Ley Orgánica 3/2007). Aunque hay cambios importantes, aún las mujeres siguen siendo minorías en los espacios de poder institucional y de legitimación. Todavía no se logra romper “el techo de cristal”.

El techo de cristal lo constituyen aquellas barreras invisibles que dificultan o impiden el acceso de las mujeres a los puestos de mayor jerarquía y reconocimiento social en una organización, los cuales están ligados a mayores espacios de poder institucional y de legitimación.

Mientras, el suelo pegajoso está formado por aquellos mecanismos que llevan a las mujeres a mantenerse en los puestos jerárquicos medios y bajos. Esta situación está vinculada a estereotipos de género, a la ubicación de la mujer en segmentos secundarios dl mercado laboral, al acoso laboral y psicológico, y a la dificultad de compatibilizar la vida personal, familiar y laboral, es decir, los espacios íntimos, privados y públicos. Según Bocio (2014), los dos conceptos son multicausales y responden a similares factores. La diferencia es la perspectiva y el tipo de diseño de investigación que se lleve a cabo.

Entre sus hallazgos, para el caso mexicano, señala:
“Mientras que los hombres se distribuyen indistintamente en los puestos de obreros, oficinistas y jefes, las mujeres enfrentan probabilidades significativamente diferenciadas. El hallazgo más importante no es el techo de cristal sino el suelo pegajoso; las mujeres están claramente concentradas en los puestos de oficinistas y tienen una probabilidad menor de pasar de ser oficinistas a ser jefas” (Bucio, 2014:91).

Aunque hay importantes avances en la investigación en cuanto de desigualdad de trato y oportunidades entre hombres y mujeres, aun existen nichos de poder y desigualdad que no son suficientemente problematizados ni visibilizados.


BIBLIOGRAFÍA

Bucio, Angélica (2014) Brechas de género: la mujer mexicana entre el suelo pegajoso y el techo de cristal. Tesis, Instituto Tecnológico Autónomo de México.

domingo, 22 de diciembre de 2019

SOCIOLOGÍA TRANSGRESIVA DE LAS AUSENCIAS Y DE LAS EMERGENCIAS

Hacia una nueva epistemología del saber
Descolonizar el saber
De Sousa señala que en 2001, en el Foro Social Mundial de Porto Alegre, se visibilizó la brecha entre las prácticas políticas de la izquierda y las teorías clásicas de la izquierda. Ilustra cómo las aspiraciones, los sueños y la lucha de los invisibilizados -expresados en sus lenguas ancestrales, no coloniales- se distanciaban de las demandas elaboradas desde marcos teóricos socialistas, democracia, derechos humanos y desarrollo; sus voces se levantaban y reclamaban respeto, dignidad, territorio, buen gobierno, madre tierra y buen vivir.

Las causas de esta disonancia discursiva van más allá de las diferencias contextuales, están implícitas en una distancia epistemológica e, incluso, ontológica. Los movimientos latinoamericanos construyen sus luchas apoyándose en conocimientos ancestrales, espirituales, populares distantes del cientifismo propio de la teoría crítica eurocéntrica. De ahí la necesidad de construir una sociología transgresiva.

Para ello es necesario tomar distancia frente a esta tradición colonial eurocéntrica, lo cual no supone echar por la borda toda la tradición filosófica occidental, y menos aún desconocer las posibilidades históricas de emancipación social de la modernidad occidental. De Sousa señala que no somos ajenos a los problemas modernos de la igualdad, de la libertad y de la fraternidad. Sin embargo, las soluciones propuestas desde los marcos del liberalismo y el marxismo no sirven, no responden al tipo de sociedad que se quiere construir. Por ello señala: “Tomar distancia significa entonces estar simultáneamente dentro y fuera de lo que se critica, de tal modo que se torna posible lo que llama la doble sociología transgresiva de las ausencias y de las emergencias (2010: 21).

Dentro del marco epistemológico foucaultiano, el autor expresa que la sociología de las ausencias tiene “como objetivo mostrar que lo que no existe es, de hecho, activamente producido como no existente, o sea, como una alternativa creíble a lo que existe. Su objeto empírico es imposible desde el punto de vista de las ciencias sociales convencionales” (2010:22). La lucha cognitiva y práctica es transformar objetos imposibles en objetos posibles, en objetos ausentes y en objetos presentes. A su vez plantea, cinco modos de producción de ausencia o no existencia: el ignorante, el retrasado, el inferior, el local o particular y el improductivo o estéril.

Estas formas sociales de no existencia, de invisibilización social, producidas y/o legitimadas por la razón eurocéntica dominante son formas des-cualificadas de existir, es decir, lo ignorante, lo residual, lo inferior, lo local o particular y lo improductivo.

Por ello urge también una sociología de las emergencias para sustituir el vacío del futuro construido sobre la base de un tiempo lineal, que apuesta por un futuro de posibilidades plurales, diversas y concretas; utópicas y realistas, construidas en el presente a partir de las actividades de cuidado. Una sociología que investiga las alternativas posibles y concretas que se avistan en el horizonte. Demanda la ampliación simbólica de los saberes, las prácticas y los agentes; por lo cual se enfrenta a un doble objetivo: conocer la posibilidad de esperanza y definir los principios de acción que promuevan la realización de esas condiciones.

Mientras, la sociología de las ausencias amplía el presente creando puentes entre lo real existente y lo que de él fue sustraído, negado por la razón eurocéntrica dominante; la sociología de las emergencias extiende el presente ampliado con las posibilidades y expectativas futuras. Un futuro concreto, siempre incierto y en peligro que demanda una praxis en torno al cuidado.


BIBLIOGRAFÍA

De Sousa Santos, Boaventura (2010) Descolonizar el saber, reinventar el poder. Montevideo: Trilce, Extensión Universidad de la República.

domingo, 15 de diciembre de 2019

BRECHA SALARIAL AJUSTADA Y NO AJUSTADA

A pesar de los avances, lentos, pero avances en materia de igualdad de trato y oportunidades entre hombres y mujeres la brecha salarial no sólo permanece sino que se amplía en el sector público español. Según Eurostat, la brecha salarial entre géneros no ajustada a las características individuales, en salario por hora según naturaleza del empleador asciende de 11,4% a 15,9% en el sector público; mientras la del sector privado presenta una leve disminución al pasar de 19,6% a 19,3%.


Fuente: Eurostat, estadística de mercado laboral INE, 2009-2017

En términos generales se entiende por Brecha salarial entre géneros la diferencia en el salario por hora medio bruto que ganan los hombres y el que ganan las mujeres en toda la economía. Es una medida de desigualdad que varía dependiendo de la metodología utilizada para su medición, por lo que se habla de brecha salarial sin ajustar y ajustada.


La brecha salarial sin ajustar miden la diferencia porcentual bruta en salario medio entre hombres y mujeres, sin considerar características de orden socioeconómico y de puestos de trabajo.


Mientras, la brecha salarial ajustada mide la resta salarial media entre hombres y mujeres contemplando las diferencias socioeconómicas existentes entre hombres y mujeres (edad, nivel educativo y/o cualificación, procedencia, etc.); además de la situación y características ligadas al puesto de trabajo (sector, tipo de contrato, tipo de jornada, categoría ocupacional, etc.).


El ajustar o no las brechas salariales depende, por un lado, de la transparencia en la información de las bases de datos tanto del sector privado como público. Por ejemplo en España, hasta la aprobación de la Ley Orgánica 3/2007 de Igualdad de trato y oportunidades entre hombres y mujeres, no había registro por sexo en las estadísticas oficiales. Aún hoy en día, aunque existe información por sexo, grupos y niveles del personal de la Administración Pública, cuando se desea realizar un trabajo más minucioso –conocer los complementos salariales, por ejemplo- nos encontramos con la barrera de la no transparencia de los salarios. Nadie sabe cuánto gana la compañera ni el compañero de trabajo que se encuentra a nuestro lado, menos aun cuando se asciende a los espacios de responsabilidad y poder.


Por otro lado, depende de una decisión subjetiva y política, no solo técnica. Por ejemplo, si lo más importante es conocer cuál es la capacidad adquisitiva de las mujeres al final del mes frente a la de los hombres, UGT-Madrid plantea que el camino es analizar los datos publicados por la Agencia Tributaria en la estadística de Mercado de Trabajo y Pensiones. Bajo esta opción metodológica el Informe Desigualdad salarial de la Comunidad de Madrid, 2019 señala que es ha producido:

“un cambio de tendencia al alza de años anteriores, 26,26% en 2014, 26,38% en 2015 o el 27% alcanzado en 2016, esta escasa reducción de la brecha, un 0,33%, se produce básicamente por la subida del SMI [salario mínimo interprofesional], de 655,20 € en 2016, … a 707,60 € en 2017, ya que hay más mujeres que hombres en los tramos salariales salariales con menores ingresos…” (UGT-Madrid, 2019:4).

Cuadro Nº1. Comparativa salarial entre hombres y mujeres Comunidad de Madrid
Asalariados
Salario medio
salario medio hombres
salario medio mujeres
2.955.304
25.120
28.787
21.112
                                 Fuente: UGT-Madrid, 2019: 4


Por su parte, Eurostat plantea el concepto de brecha salarial total entre géneros y la define cómo la diferencia entre los ingresos anuales medios de las mujeres y de los hombres. Tiene en cuenta tres tipos de desventajas a las que se enfrentan las mujeres: 1) el menor salario por hora; 2) las menores horas de trabajo remunerado, y 3) las tasas de empleo inferiores (por ejemplo, la interrupción de la trayectoria laboral para cuidar de los niños o de familiares). Bajo estos parámetros, la brecha salarial total entre géneros en España en 2014 fue en España y la UE de 35,7% y 39,6 %), respectivamente (Eurostat, Comisión Europea, 2019).


A su vez, el estudio de la CEOE parte de la Encuesta de Estructura Salarial (EES) elaborada por el INE, cuya muestra cubre a más de 200.000 empleados en toda España, con datos sobre la distribución de los salarios en función de una gran variedad de variables.


Los resultados de este modelo econométrico muestran que, una vez descontados los efectos sobre los salarios derivados de las diferencias entre hombres y mujeres en todas las variables observables de las que se cuenta con información (diferencias en edad, educación, antigüedad, actividad, ocupación, etc.), las mujeres cobran un 12,2% menos que los hombres por hora trabajada.Los análisis realizados muestran que la mayoría de los factores analizados (edad, educación, antigüedad, etc.) contribuyen a aumentar la brecha, destacando entre ellos el sector de actividad. Por el contrario, otros factores como la educación, gracias al mayor nivel educativo de las mujeres, contribuyen a reducirla.La maternidad y el trabajo no remunerado son señaladas como las principales causas potenciales de la brecha salarial restante (12,2%).


Como se observa, la existencia de la brecha salarial entre géneros no es cuestionada por ninguno de los estudios. El problema es contar con información y decidir qué medir. Habría que añadir que ninguno de los estudios incluye el trabajo no mercantilizado que realiza la mujer cotidianamente como es aquel relacionado con el cuidado; además del trabajo que lleva a cabo en los subterfugios del mercado negro, trabajo invisibilizado, precarizado, sin protecciones sociales. Esta situación ahondaría más la brecha retributiva entre hombres y mujeres que demanda cambios institucionales y culturales profundos.



BIBLIOGRAFÍA

CEOE y PWC, 2019, Análisis de brecha salarial de género en España, identificando las causas para encontrar soluciones. Madrid.


Comisión Europea, 2019, La brecha salarial entre géneros en España. En:

https://ec.europa.eu/newsroom/just/document.cfm?doc_id=48113

INE, 2019, Brecha salarial. En: https://www.ine.es/ss/Satellite?L=es_ES&c=INESeccion_C&cid=1259925408327&p=1254735110672&pagename=ProductosYServicios%2FPYSLayout&param1=PYSDetalle&param3=1259924822888


UGT-Madrid, 2019, Informe Desigualdad Salarial Comunidad de Madrid. Secretaría de Igualdad y movimientos ciudadanos.





domingo, 8 de diciembre de 2019

LA CUARTA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL: ¿HACIA DÓNDE VAMOS?

Imagen de un robot
Un robot camarero
Lahera (2019) cuestiona si el debate sobre los cambios tecnológicos debe centrarse en si la máquina ganará o no la carrera al trabajo humano.

La irrupción de la Cuarta Revolución Industrial (i40) basada en la robótica avanzada, la fabricación aditiva o impresión 3D, el ‘internet industrial de las cosas’, la inteligencia artificial, la ‘realidad extendida’, el aprendizaje algorítmico (machine learning), ha vuelto a colocar en discusión la desaparición del trabajo.

El enfoque denominado por el autor como pesimista plantea el surgimiento de un nuevo y masivo desempleo tecnológico como resultado de los efectos futuros de la i40. La digitalización supondría una digitalización de sustitución, en la que las innovaciones tecnológicas eliminarían y sustituirían al trabajo humano de manera masiva, al desaparecer centenares de ocupaciones, lo cual desencadenaría en una profunda disrupción social. Para autores como Brynjolfsson y MacAffe (2011) el 90% de la población empleada estaría afectada, incluso, podría perder el trabajo como resultado de la desaparición de múltiples ocupaciones, caracterizadas por ser “intensivas en factor humano, con tareas rutinarias de baja cualificación, bien definidas y que son fácilmente codificables en programas digitalizados de procedimientos repetitivos a desempeñar por ordenadores y robots programables” (Autor, 2015: 11; Frey y Osborne, 2013: 2-6, citado por Lahera, 2019: 251). Además, generaría una polarización entre cualificaciones, que supondría la existencia de ganadores y perdedores.

Desde la perspectiva sobre la digitalización de sustitución se plantea como salida la intervención del Estado y de los agentes sociales, para reconfigurar el sistema educativo, orientándolo hacia la formación a lo largo de la vida con un alto componente entorno a la digitalización.

Esta perspectiva es cuestionada por lo menos en dos sentidos. Uno, relacionado con la forma de abordaje del fenómeno a través de modelos econométricos construidos sin mayor conocimiento de las condiciones de trabajo, es decir, de la forma como se configura una ocupación. Otro, plantea que los procesos de automatización, robotización e informatización suelen estar ligados fundamentalmente a tareas –en menor medida a actividades- de ahí que la automatización incremental difícilmente puede desencadenar en la desaparición definitiva de la ocupación. Ésta suele ser reconfigurada, transformada.

Este enfoque llamado de digitalización de tareas plantea la existencia de diversas variables que entran en escena lo cual dificulta plantear el triunfo de la máquina sobre el empleo. Entre las cuales cabe destacar las de índole productivas, organizativas, de consumo, institucionales y educativas. La conclusión a la que llega el informe sobre el ‘futuro del empleo’ del World Economic Forum:

pronostica que, si bien la digitalización (y su nueva división del trabajo entre factor humano, máquinas y algoritmos) provocará en la próxima década la desaparición de 75 millones de empleos mundialmente, se crearán alrededor de 133 millones nuevos empleos: con cualificaciones, competencias y características diferentes, basadas en el conocimiento matemático, de ingeniería, científico, tecnológico y creativo (-artístico) (STEAM: Science, Technology, Engineering, Arts, Mathematics: análisis de datos e información digital, alfabetización digital, resolución cognitiva de problemas, ‘habilidades’ sociales y creativas cuando histórica y empíricamente, la introducción de un nuevo dispositivo tecnológico ha implicado la automatización incremental de ‘tareas’ específicas de una ocupación, de forma que ésta no tiene por qué desaparecer definitivamente…” (citado por Lahera, 2019: 258).
Por ello, es necesario distanciarse de la discusión centrada en cómo gestionar un futuro desempleo para enfatizar “… en la selección de políticas que lleven a cosas que amenazan de verdad a los trabajadores y sus familias, como la degradación de las condiciones de trabajo, la decreciente afiliación sindical, el elevado desempleo, una globalización desequilibrada y en la reducción de las tasas impositivas más elevadas” (Mishel y Shierholtz, 2017: 2). Urge regular el trabajo que ha perdido su condición de empleo, en la medida en que buena parte de las ocupaciones relacionadas con procesos de digitalización y automatización en el sector servicios, por ejemplo, han sido descentralizados y/o subcontratados, acompañados de mayor inestabilidad laboral y precarización.

Más aún, debe ampliarse el debate al campo del ágora, a la discusión en qué sociedad queremos vivir, qué sociedad queremos construir. Es decir, nos lleva al campo de la política, pues está en juego no sólo el mundo del trabajo sino del planeta y de la humanidad en su conjunto.


BIBLIOGRAFÍA

Brynjolfsson y MacAffe (2011) Rice againist the machine.

Lahera, Arturo (2019) Digitalización, robotización, trabajo y vida: cartografías, debates y prácticas. Cuadernos de Relaciones laborales 37(1) 2019: 249-273.

domingo, 1 de diciembre de 2019

EL EMPRENDIMIENTO ES UN DISCURSO DE PODER

El emprendimiento se alterna como discurso de poder
José Luis Rodríguez Zapatero en el Congreso
En una entrada anterior nos referíamos al concepto de “empresario de sí mismo”, de Foucault. La teoría planteaba la multiplicación del modelo económico para hacer de él un modelo de relaciones sociales e, incluso, un modelo de existencia misma.

En pleno siglo XXI nos acordamos del gran filósofo y antropólogo francés cuando oímos hablar de emprendedores y emprendimiento. De crecimiento económico “proactivo”, basado en el esfuerzo de los individuos; por oposición al crecimiento “reactivo”, resultado de la acción de los poderes públicos. En general, todo un discurso ideológico que gira en torno al emprendimiento.

Pero según un estudio realizado en España (GEM, 2015), el panorama real es algo más sombrío. Sólo una pequeña parte de la población activa se plantea iniciar proyectos emprendedores, que se basan más en la necesidad de las personas que lo protagonizan y, además, cuentan con unos niveles de innovación realmente escasos.

Pero seguramente a Foucault le habría encantado leer una de las conclusiones del estudio de Pilar Ortiz (2018): el discurso de emprendimiento es también un discurso de poder. Analizando cualitativamente actas de discusiones en el Congreso y el Senado, la autora observa que los dos grandes partidos a nivel español, PP y PSOE sostienen este discurso cuando ostentan el gobierno, y son más críticos cuando se encuentran. Y que los partidos nacionalistas, que gobiernan en sus territorios, exigen siempre a los gobiernos centrales una mayor implicación con estas ideas.

BIBLIOGRAFÍA

GEM (2015). Informe GEM España 2015. Recuperado de http://www.cise.es/wpcontent/
uploads/InformeGEM2015.pdf


Ortiz, P. (2018) La construcción del discurso político del emprendimiento en España. Realidad e ideología. En: Papers 2018, 103/2, https://doi.org/10.5565/rev/papers.2368 229-253

lunes, 25 de noviembre de 2019

¿QUÉ SON EMERGENTES DISCURSIVOS?

Según Fernando Conde (2019), implican algún tipo de innovación discursiva, en relación con la variedad de discursos sociales en torno a un determinado fenómeno social. 

El espacio discursivo emergente tiende a ser diferente del espacio del discurso dominante de la problemática en que se inscribe. Emergiendo, a modo de una falla que puede invertir la tendencia a la homogeneización y cristalización  discursivas introduciendo heterogeneidad, desajuste y conflicto. 

El análisis los emergentes discursivos está ligado al análisis de los contextos sociales que los producen (Voloshinov, 1976) y a los procesos de significación que los oyentes le dan (Ricoeur, 1991:53). 

Para Conde, el discurso emergente se diferenciaría del discurso implícito que se centra en lo no dicho; y también se distingue de aquellos discursos alternativos o contra-discursos que no suponen novedad social ni simbólica. 


BIBLIOGRAFÍA

Conde, F. (2019) “Emergentes discursivos” en el análisis sociológico de los discursos. En: ENCRUCIJADAS. Revista Crítica de Ciencias Sociales || Vol.17, 2019, v1701. 

Ricoeur, P. (1991) “Événement et sens”. “L´Évenement en perspective”. Raisons Pratiques. París: École des Hautes Études en Sciences Sociales. 

Voloshinov V.N. (1976) El signo ideológico y la filosofía del lenguaje. Buenos Aires: Nueva Visión.

domingo, 17 de noviembre de 2019

FREE WORK, ¿OTRO EUFEMISMO DE LA SEMÁNTICA LABORAL?

Emotividad, libertad, talento, creatividad

El mundo del trabajo está cada vez más repleto de eufemismos. El término eufemismo, según la Real Academia Española, equivale a la "manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante". Algunos de ellos pueden ser flexiseguridad o el llamado contrato indefinido temporal.

El último que hemos conocido es el concepto de free work, que hace referencia a nuevas formas de trabajo asociadas con la libertad, el talento, la creatividad y la emotividad. Por oposición a la teoría marxista, que planteaba que trabajo y libertad eran polos opuestos y que la liberación de los seres humanos se haría a través de la liberación del trabajo (Marx, 1975-1971, citado por Ingellis, 2019).

Una "libertad" que se apoya en los conceptos de placer, pasión, talento o creatividad en el ejercicio de la actividad profesional (Beverungen et al., 2013: 1). Que se opone al trabajo como "deber". Y una emotividad que puede tener consecuencias diferentes de la libertad: poner la vida personal al servicio del trabajo o exponer la estabilidad laboral a los vaivenes del mercado.

¿Hemos sido los científicos sociales alguna vez víctimas del concepto de free work? ¿Qué podemos hacer para amar nuestra profesión sin tener que convertirnos en free workers? O ¿qué cautelas debemos establecer para minimizar los daños?


BIBLIOGRAFÍA

Beverungen, A., Birke, O., Spoelstra, S. and Kenny, K. (2013) En: Free work. Ephemera vol. 13(1): 1-9

Ingellis, A. G. (2019) Poner el trabajo al servicio de un proyecto de vida: estrategias contra la precariedad. En: Papers 2019, 104/4, pp. 741-767.

Marx, K. (1975-1981). El capital. Crítica de la economía política. Madrid: Siglo XXI.


domingo, 10 de noviembre de 2019

CÓMO REORDENAR VARIABLES EN R

En anteriores entradas explicábamos cómo ordenar variables en SPSS y en SAS. Teníamos pendiente hacer lo mismo con R, así que nos ponemos en ello.


Para que podáis reproducir el ejemplo, creamos un dataframe (conjunto de datos) en R, que va a contener cuatro observaciones y tres columnas (variables).


frutas <- data.frame
      (
  x = c("apple", "orange", "banana", "strawberry"),
  y = c("a", "d", "b", "c"),
  z = c(4:1)  
      )
frutas


Si copiáis y ejecutáis el código de arriba en R, obtendréis también un listado con las observaciones del dataframe.

Si quisiéramos colocar la tercera columna (z) por delante de la segunda (y), ejecutaremos el código siguiente, con el que también generaremos un listado similar al anterior, pero esta vez en el orden deseado.


frutas <- frutas[, c(1, 3, 2)]
frutas


Si os fijáis, el primer nombre "frutas" hace referencia a que se va a crear un nuevo dataframe a partir del anterior (que también se llamaba "frutas"). Y los números entre paréntesis establecen el orden de columnas deseado: primero la 1, después la 3 y, finalmente, la columna 2 del antiguo conjunto de datos.

domingo, 3 de noviembre de 2019

¿QUÉ ES LA TÉCNICA DE GRUPO NOMINAL (TGN)?

Andre Delbecq
Andre Delbecq
El nacimiento de esta técnica tiene que ver con los trabajos de Delbecq y Van de Ven (1971), en la década de los sesenta en Estados Unidos. Ello se produce en el contexto del denominado Program Planning Model (PPM), orientado al desarrollo de tareas en organizaciones mediante grupos de trabajo. Se desarrolló también en el marco de estudios sobre población universitaria 


Si clasificáramos las técnicas cualitativas en abiertas y estructuradas, la Técnica de Grupo Nominal (TGN) sería de las más estructuradas, pues la figura del moderador/a de la reunión tiene un papel bastante directivo. Todo ello, dirigido a alcanzar un rápido consenso entre las personas participantes.

En nuestras investigaciones, nos hemos decantado más por la riqueza semántica y analítica que aporta el grupo de discusión. Pero nos parece que puede ser una herramienta oportuna para acercamientos exploratorios a problemas desconocidos.


BIBLIOGRAFÍA

Delbecq, Andre L. & Van de Ven, Andrew H. (1971), "A Group Process Model for Problem Identification and Program Planning" Journal of Applied Behavioral Science, 7, 4.

Olaz, A. (2010 ) La técnica grupo nominal como herramienta de investigación cualitativa. Madrid: Bohodon Editores.

domingo, 27 de octubre de 2019

¿EL ORDEN DE LAS ESCALAS INFLUYE EN LAS RESPUESTAS?

Autodefinición ideológica del entrevistado
Dos escalas diferentes para cada una de las muestras A y B
Nos ocupamos hoy de un nuevo estudio metodológico de Vidal Díaz de Rada. En él, pone a prueba en el contexto español las conclusiones de varios estudios internacionales que analizan la influencia del orden de presentación de los items en las escalas de valoración.

Varios expertos, entre los que se destacan Kamoen et al. (2011), Simon (1957), Krosnick y Alwin (1987), abordaron este asunto en otros contextos idiomáticos y sociales. Dichos estudios apuntaban a dicho orden en la proposición de los ítems sí influye en los resultados.

El estudio de Díaz de Rada, realizado en la Comunidad Foral de Navarra, consistió en la realización de dos muestras diferentes para un mismo cuestionario, administradas a poblaciones de similares características. En la primera muestra, los ítems se presentaron en orden ascendente, mientras que en la segunda el orden de presentación fue descendente.

Los resultados obtenidos fueron diferentes a los arrojados por los estudios internacionales: sólo dos ítems de los catorce incluidos en el cuestionario reflejaron diferencias significativas entre ambas muestras, siendo mayores los efectos de la edad y el nivel de estudios. Es decir, que las personas con mayor edad y menor nivel educativo se decantaron más por las respuestas presentadas en último lugar.

Bajo nuestro punto de vista, la problemática es muy compleja. Es muy difícil aislar la cuestión del orden de otras muchas, tales como la complejidad de la pregunta (y las respuestas), la duración de la entrevista, la validez del instrumento, la calidad del proceso de recogida de la información, etc. Pero el intento de poner sobre la mesa la necesidad de un saber más sistemático acerca de este tipo de sesgos, debe ser reconocido.

BIBLIOGRAFÍA

Diaz de Rada, Vidal (2019). ≪¿Influye en la respuesta el orden de administracion de escalas valorativas 0-10? Una aplicacion en encuestas telefonicas≫. Revista Española de Investigaciones Sociológicas, 168: 129-140.

Kamoen, Naomi; Holleman, Bregje; Mak, Pim y Sanders, Ted J.M. (2011). ≪Agree or Disagree? Cognitive Processes≫. Discourse Processes, 48(5): 355-385.

Krosnick, Jon A. y Alwin, Duane F. (1987). ≪An Evaluation of a Cognitive Theory of Response Order Effects in Survey Measurement≫. Public Opinion Quarterly, 51: 201-219.

Simon, Hebert A. (1957). Models of Man. New York: Wiley.

domingo, 20 de octubre de 2019

CITIZEN DATA SCIENTIST, OJO CON ESTE PERFIL

Fuente: k-goverment.com
En una entrada anterior nos habíamos referido a la creciente importancia del big data en los procesos de conocimiento.

En ese sentido se habla desde hace varios años del llamado data scientist, un perfil a medio camino entre las herramientas tecnológicas y las estadísticas, que se convierte en un experto en datos. Que ayuda a las empresas e instituciones a generar valor a partir de la información disponible.

Pues más recientemente estamos leyendo referencias a un nuevo perfil, el citizen data scientist. Con definiciones, en ocasiones contradictorias entre sí, se refieren a un perfil no tan tecnológico ni tan estadístico, pero que tiene capacidad de conocer el contexto en el que se dan los cambios y los procesos de generación de conocimiento. Algunas fuentes relacionan el crecimiento de este perfil con la escasez de data scientist propiamente dichos y la necesidad de cubrir esa ausencia con perfiles capaces de, al menos, resolver los problemas.

Pero si nos ceñimos a la definición de citizen data scientist en relación con la capacidad de conocer el contexto de cambios y procesos de generación de valor, nos parece que los científicos sociales tenemos mucho que aportar. Podemos disponer de conocimientos estadísticos y somos capaces de manejar herramientas tecnológicas. Pero aportamos un plus de capacidad para analizar la globalidad y los procesos.

Sabemos que muchas de las personas que os habéis encontrado con este blog sois estudiantes y jóvenes profesionales. ¿Qué opináis de esta cuestión tan relevante?

domingo, 13 de octubre de 2019

SAS VIYA, LA NUEVA EVOLUCIÓN DE SAS

Logo de SAS Viya

Conocer diferentes herramientas de trabajo con datos es, hoy en día, una obligación para los científicos sociales. Ello se debe al creciente proceso de digitalización y a la integración de datos de orígenes diferentes en eficientes bases de datos que facilitan la generación de conocimiento. 

En esta entrada nos ocuparemos de SAS Viya, una reciente evolución del paquete estadístico SAS. Se distingue de las anteriores por contar con una plataforma Cloud Analytics Services (CAS), que traducido al español equivale a Servicios Analíticos en el Cloud. Se trata de una ingeniería “in-memory” (en memoria), que trata de acelerar todas las fases del proceso con los datos.

Esta tecnología permite enlazar varios servidores entre sí con vistas a aumentar su rendimiento, pudiendo gestionar qué parte del trabajo se asigna a cada uno. Otra fortaleza es que, a través del módulo SAS Visual Analytics, permite a personas alejadas de la programación interactuar y analizar la información estadística.

SAS Viya plantea también ligeros cambios en el lenguaje de programación, con la introducción del procedimiento proc casutil, que tiene que ver con la carga de las tablas en los antes citados servidores. Cambios en los comandos Partition y Orderby del paso data, así como algunos procedimientos, como proc format, proc partition y proc varcluss, entre otros.

Desde aquí animamos a los profesionales de las ciencias sociales a que aprendan el lenguaje SAS, pues el mercado de trabajo está requiriendo profesionales que, capaces de pilotar procesos de integración y automatización de la información, cuenten con competencias analíticas que mejoren la calidad de las tareas realizadas.

domingo, 6 de octubre de 2019

SOCIOGRAMA Y METODOLOGÍAS PARTICIPATIVAS

En esta entrada queremos continuar con el abordaje de metodologías participativas ya planteado en Debates en torno a la IAP.  Después de contar con el diagnóstico del problema construido de manera colectiva bien a través de técnicas como: talleres de marco lógico, cartografía socialsociodrama y aprendizaje más significativo, entre otros, es importante entrar en la fase de negociación con los colectivos implicados para actuar de forma eficaz.   Para lo cual es necesario elaborar un mapa de relaciones existentes, en tanto, desconocemos cuáles son los grupos estratégicos, relevantes y secundarios; a quiénes debemos convocar; y con qué alianzas y conflictos nos vamos a encontrar en el momento de la negociación. Para ello, se propone la construcción de mapas sociales o flujogramas, si habláramos en términos del análisis de redes sociales. Pizarro plantea: 

"La técnica del sociograma consiste en representar gráficamente las relaciones interpersonales en un grupo de individuos mediante un conjunto de puntos (los individuos) conectados por una o varias líneas (las relaciones interindividuales). [...] (en el sociograma) las líneas empiezan a ser relaciones sociales de cualquier tipo y los puntos entidades sociales, que no se identifican necesariamente con los individuos" (1990;147).

Según Martín (2001), desde una metodología participativa, el sociograma representa gráficamente las relaciones sociales entre actores sociales (grupos, organizaciones, clases o individuos) -existentes en un momento determinado- que se plantean transformar la  situación (ver figura 1).

Figura 1. Flujograma
Representación

Fuente: Martín, 2001:11

Desde esta perspectiva, el principio de análisis no son los individuos ni los grupos, sino las relaciones y las redes de relaciones, los grupos surgen de las redes de relaciones y están cruzados por la pertenencia de sus miembros a distintas redes (Martín, 2001:3).


Parra lo cual es necesario transferir conocimiento a los participantes, de ahí la importancia de explicar al grupo o grupos en qué consiste la técnica del sociograma, para que ellos posteriormente construyan el mapa social, teniendo cuidado de darles libertad para modificar, incluso, la técnica, acorde a sus necesidades o interpretación del fenómeno.

En su construcción Martín plantea:

Entre las reglas del juego ha de indicarse la conveniencia de reflexionar sobre tres elementos: la referencia acerca de quién o desde dónde se ejerce el poder, el nivel asociativo y la base social; estos niveles los representaremos por figuras geométricas o colores distintos. La composición puede realizarse en forma de pirámide, con el poder en el vértice y la base social abajo, pero si surgen otras configuraciones buenas son para el posterior análisis. Otra de las sugerencias es que las relaciones pueden ser de diferentes tipos: simples contactos, relaciones estrechas y fluidas y de conflicto; […]. A partir de estos elementos suelen salir otros que simbolizan formas distintas de relacionarse. Por ejemplo, la relación con una institución puede ser fluida y crítica y los intervinientes deciden qué símbolo le darán ( 2001:6). 

El sociograma tiene dos fuentes de construcción: el análisis de textos (a partir de grupos focales, entrevistas, etc.) y la colaboración de sujetos/objeto participantes de la investigación. Este es el resultado de un proceso de interpretación negociado con los colectivos involucrados, al basarse el proceso en talleres de construcción de sociogramas y de posteriores reuniones de “devolución” de la información, tal como se muestra en la figura 2.

Representación en metodologías participativas
Fuente:  Martín:  2001: 10

Según Martín hay que considerar que:

  • Las relaciones suelen ser recíprocamente asimétricas, diferenciándose en contenido e intensidad.
  • Los miembros de la red se relacionan de manera directa e indirecta y es el conjunto del contexto estructural el que define una relación específica.
  • Las redes creadas por la estructura de relaciones no son arbitrarias. Las relaciones pueden vincular a individuos, así como a grupos y organizaciones (2001:7).

Además, propone tener en cuenta los siguientes elementos en el momento de análisis: la intensidad de las relaciones, la densidad de las relaciones, observación de los elementos centrales, observación de los elementos articuladores, los conflictos o rupturas de la red, los espacios sin relacionar, las relaciones indirectas y observación de los puentes locales.

Como el autor reconoce, el sociograma presenta dos limitaciones: es estático y descriptivo. Para superar esto propone construir varios mapas en distintos planos: uno del pasado, uno del momento presente y un escenario de futuro. Pero, para que el proceso práxico tenga continuidad propone fundamentalmente que los actores sean sujetos/objetos de la investigación; que la construcción del sociograma sea una interpretación negociada con los colectivos; lo que supone la "transferencia de tecnología social" de los técnicos a los actores sociales.


BIBLIOGRAFÍA

Martín Gutiérrez, P. (2001) Mapas sociales: método y ejemplos prácticos. En:

PIZARRO, N.(1990) "Teoría de redes", en Suplementos Anthropos, nº 22;146-152


domingo, 29 de septiembre de 2019

¿QUÉ ES SOCIODRAMA?

Representación con los colectivos
Práctica del sociodrama
En nuestra anterior entrada sobre Debates en torno a la IAP, se plantean una serie de técnicas que quisiéramos exponer en esta entrada y la siguiente. El blog ha venido reflexionando previamente sobre metodologías participativas en entradas anteriores como: ¿qué son grupos de intervención sociológica?¿cómo trabajar con grupos de intervención sociológica?, cartografía social, metodología de cambio más significativo y el enfoque del marco lógico: la matriz de planificación del proyecto.

Ahora quisiéramos detenernos el sociodrama, técnica participativa cuyos orígenes provienen de la psicología (Moreno, 1972), y en tanto se cuente con tiempo suficiente para llevarla a cabo es de gran utilidad al permitir develar la visión de los diversos colectivos sobre un problema particular. Además, posibilita a los participantes colocarse en el rol del otro para, en la medida de lo posible, empatizar o sanar heridas (resquemores, dolores, odios), como es el caso de etapas de postconflicto. En tanto que los discursos construidos y dramatizados por los participantes de manera libre, a través de esta técnica afloran las representaciones sociales sobre una situación vivenciada, los prejuicios sobre el otro, los miedos, las estrategias e, incluso, los sueños y proyectos colectivos.

Se diferencian varias fases:

  • ¿Qué representar? En esta primera discusión colectiva, en donde los técnicos tienen un rol más de escucha -después de explicar los principios en que se basa la técnica- afloran problemas e interpretaciones no contemplados.
  • La elección del tema lleva a un proceso de reflexión colectiva muy importante, apoyado por técnicas como la lluvia de ideas, en el cual los participantes de diversos colectivos escriben en un tablón las propuestas, destacando las ideas principales. Se puede dar el caso de que haya una división por grupos para representar diversos problemas, haciendo el proceso más diverso e incluyente.
  • ¿Cómo organizar el sociodrama? Hay varias tareas de diverso orden, desde escribir el guión hasta las de tipo logístico (recursos materiales, consecución del espacio, gestionar con las entidades administrativas, si fuera el caso, etc.). La idea es que buena parte de los participantes se vinculen en cualquiera de las actividades, pero es fundamental la participación de la gran mayoría en la discusión del contenido del guión. En esta fase emergen cantidad de posiciones y representaciones sociales que nutren la investigación.
  • La representación: supone previamente el reparto de papales y el trabajo de puesta en escena de las obras. Es muy importante que en esta fase se cuente permanentemente con el apoyo de diversos colectivos, en especial en aspectos logísticos, es decir, que todos se sientan implicados, no sólo los actores.
  • Reflexión y discusión: en cuanto los sujetos investigados son sujetos-objeto, la investigación asume un nivel de reflexibilidad, en términos individuales y colectivos, que potencia no sólo el conocimiento sino la capacidad de transformación de la realidad.
La mayor dificultad del sociodrama es el tiempo que demanda la puesta en escena de la obra; pero si este problema fuera solventado, tanto en términos de encuentros y desencuentros entre los participantes como de orden logístico, la técnica potencia vínculos, apegos y estrategias de transformación.


BIBLIOGRAFÍA

MORENO, J. (1972). El Psicodrama. Buenos Aires: Ediciones Hormé.

domingo, 22 de septiembre de 2019

DEBATES EN TORNO A LA IAP

Caballero, Martín y Villasante (2019) abren un debate sobre metodologías de Investigación Acción Participativa (IAP), metodologías activistas, socio-análisis, socio-praxis, etc. y realizan una propuesta denominada “Un proceso de ocho saltos”.

Desde una perspectiva marxista se plantea que el conocimiento tiene sentido en tanto esté ligado a la praxis, a la práctica social, a la transformación de la realidad; pero dicha transformación pasa por la articulación y reflexión colectiva con y de los actores sociales.

Se deja de lado la discusión sobre las técnicas metodológicas, las cuales son consideradas todas pertinentes en tanto impliquen a los propios sujetos en su diseño, desarrollo y evaluación del proyecto. El paradigma, la posición ética de que parte el investigador, es lo relevante, en cuanto asume a los sujetos investigados como sujetos-objeto. Si bien,

“epistemológicamente es aceptar una táctica asimétrica (partir de lo que hay: expertos, promotores, bases), para una estrategia de mejor simetría (siempre relativa), cerrar contrastes entre sectores diferentes (precisar las contradicciones entre grupos y con las bases, triángulos de relaciones en las comunidades), para abrir la re-construcción de la red existente (negociar, participar, etc.)” (Villasante, 1994: 416).

Desde la socio-praxis proponen un enfoque diferencial a través de ocho saltos señalando los tipos de acciones a precisar y los productos a conseguir. A continuación los esbozamos brevemente:

Primer salto: La auto-reflexión del equipo y del grupo motor. Este supone, entre otros aspectos, una fase de formación-acción a través de técnicas (deriva, transectos, sociodrama, juego de rol, línea del tiempo, etc.) para contar con la percepción, experiencia, expectativas e historia de acción de diversos colectivos. Además, es necesario abandonar los prejuicios sobre determinados colectivos, el reto es incluir a todos. Es una propuesta inclusiva, cuanto más heterogéneos sean los grupos mejor.

Es importante crear una Comisión de Seguimiento, conformada por personas de la administración y portavoces de la población. Pero siempre de abajo hacia arriba.

Enfoque: ¿Quién observa al observador? Acción: Desde fuera del equipo o con dispositivos de auto-reflexión. Producto: auto-limitación de algunos prejuicios para sesgar menos el proceso (2019: 30).

Segundo salto: la negociación inicial y el plan de trabajo. Con los grupos se determinan los objetivos, tiempos totales, metodologías, condiciones de recursos, seguimiento, etc. Se da paso a la constitución de un grupo como potencia a uno con capacidad para desarrollar recursos y potencialidades para organizarse. Sin desestimar que “el apego emocional y el apoyo mutuo es el pegamento entre el grupo base (afectivo) y el grupo de trabajo (de tarea)”.

Enfoque: Construcción colectiva desde las instancias iniciales. Acción: Constitución de Comisiones de Seguimiento y de Grupos Motores. Producto:
Concretar la metodología al caso, y plan de dinamización (2019:31).

Tercer salto: Mapas estratégicos y conjuntos de acción. Se propone elaborar un mapeo estratégico, un mapeo de relaciones entre los actores o un socio-grama con conjuntos de acción. Considerando el poder, los intereses, la afinidad y la base en que se sustentan las diferencias en pos de construir acciones pertinentes y elaborar alianzas o estrategias participativas, colocando especial interés en buscar -para incluir-  aquellos grupos no afines.

Enfoque: Reconocer la complejidad de relaciones en los entramados sociales (clase, afinidad cultural, organización, miedos y confianzas). Acción: mapeo estratégico o sociograma. Producto: Muestra relacional y “conjuntos de acción” para alianzas viables en el proceso ( 2019:31).

Cuarto salto: Escuchar más allá de los dilemas dominantes. Se propone una escucha activa con “multi-lemas” que vaya más allá de las rencillas, intereses diferentes, desencuentros y desconfianzas existentes en los grupos. De ahí la importancia de preguntar y reflexionar sobre los “por qué” y “para qué”.

Enfoque: Superar algunos dilemas superficiales que dice la gente, queriendo quedar bien (no suelen revelar posiciones ocultas). Acción: Talleres para la devolución de las posturas diferenciadas con multi-lemas. Producto: Deliberación de posiciones discursivas por los protagonistas y profundización en causas y en vías superadoras  (2019:32).

Quinto salto: Coproducir con talleres de creatividad social. Esta actividad puede realizarse después de varios meses  o al año de iniciado el proceso.

Enfoque: Reflexividad de "segundo grado" con la gente implicada, que se replantea los primeros síntomas para pasar a problemáticas mucho más profundas e integrales. Acción: Talleres o Asambleas con grupos de trabajo. Producto: un auto-diagnóstico, con prioridades y alianzas para poder pasar a la fase de actuaciones (2019:33).

Sexto salto: Planificación de urgencia y a medio plazo. El objetivo es dar el salto a la Planificación desde abajo, desde la gente, desde su diversidad. Hay que considerar los proyectos o propuesta de urgencia, las de corto y mediano plazo, sin crear falsas expectativas, es decir, desde la reflexión plantear acciones viables, responsables.

Tabla de Planificación
                Fuente: Caballero et al, 2019:42


Enfoque: Estilos “transductivos” como verificación empírica. Acción: Grupos de trabajo mixtos, que elaboran sus propuestas y las van poniendo en marcha. Producto: Un Plan de acción integral y sustentable (2019: 37).

Séptimo salto: La capacidad auto-organizativa de la gente. Es vital la construcción de estructuras auto-organizativas, esta es la garantía para conseguir los resultados esperados. Además, no hay que partir solo de la autogestión, sino combinar la estrategia de la cogestión con las administraciones, pero siempre de abajo hacia arriba.

Enfoque: Construcción de experiencias de democracias participativas. Acción: Articulación de grupos de trabajo, que ponen en marcha de forma coordinada sus propios proyectos. Productos: ejecución a corto plazo de algunas propuestas, e inicio de otras a medio plazo (2019: 35).

Salto octavo: Los enfoques transductivos y los desbordes necesarios. Desde la perspectiva académica los proyectos finalizan, pero para los colectivos, para la gente no. Por eso es muy importante el proceso de evaluación y monitoreo.

Enfoque: Estilos transductivos que se dejan desbordar. Acción: Monitoreo con dispositivos de corrección y mejora de procesos. Producto: Resultados visibles a corto plazo, que dan confianza para los programas a medio plazo (2019: 36).

Trabajar con los colectivos, incluirlos en los procesos de investigación es una tarea compleja, que requiere mucha pericia y sensibilidad por parte de las/los investigadoras/es, lo cual los obliga a salir de su pedestal, de su rincón en soledad y confrontarse con los sujetos-objeto, para establecer relaciones de intercambio de conocimiento, de apego y de respeto por lo que son, por lo que saben y, fundamentalmente, por  su potencia para transformar la realidad, que sería el objetivo final del conocimiento.


BIBLIOGRAFÍA

Caballero, F., Martín, P. y Villasante, T. 2019, Debatiendo las metodologías participativas: Un proceso en ocho saltos. EMPIRIA. Revista de Metodología de Ciencias Sociales. N.o 44 septiembre-diciembre,  pp. 21-45.

Villasante, T. 1994, “De los movimientos sociales a las metodologías participativas”, en J. M. Delgado y J. Gutiérrez (coord.), Métodos y técnicas cualitativas de investigación en ciencias sociales, Madrid, Ed. Síntesis, pp. 399-424.