domingo, 24 de diciembre de 2017

SOCIOLOGÍA NECESARIA AUMENTA SU CRECIMIENTO EN 2017

No somos una empresa del IBEX 35, pero estamos orgullosos de compartir con vosotros el crecimiento de las visitas a nuestro blog en 2017. Hemos recibido un total de 123.050, un 47% más que en 2016.

Por países, México es el que obtiene un porcentaje mayor de esas visitas (21%), seguido de Argentina (17,7%), Colombia (14,4%), España (10,8%), Perú (6,4%) y Chile (5,8%).

Por entradas, “¿Qué es estratificación social? “ fue este año la más visitada (13%), seguida de “Raza y Etnia” (9,1%), “¿Qué es pre-test o prueba piloto?” (8,5%), “Naturalización, concepto clave en sociología” (6,2%) y “Racionalidad en Max Weber” (4.9%).

Aunque Google sigue siendo el origen mayoritario de nuestras visitas (88,5%), en 2017 han subido un punto porcentual las visitas directas (9,6%), quedando bing (1,4%) y yahoo (0,4%) aún más relegados.

Para el próximo año, nos planteamos brindar nuestro punto de vista sobre temas novedosos de la sociedad digital, ofrecer una mayor variedad de servicios propios a través del blog y crear una lista de subscriptores. Para ello, necesitamos que sigáis confiando en nosotros.

Esperamos que 2018 sea un año de éxitos en lo personal y en lo laboral, especialmente para los profesionales de las ciencias sociales.

lunes, 18 de diciembre de 2017

DOS TEORÍAS PARA ENTENDER LA DESIGUALDAD EN EL ACCESO A LA UNIVERSIDAD

Como señalan Troiano et al. (2017), para entender las desigualdades que se dan en el acceso a los estudios universitarios, existen dos teorías que se interrelacionan entre sí.

Por un lado, la Maximally Maintained Inequality (MMI) o Desigualdad Máxima, enfatiza en la desigualdad que se produce en el acceso a los estudios superiores. Es decir, que los grupos sociales más altos acceden en mayor proporción a estas instituciones.

Por otro, la Effectively Maintained Inequality (EMI) o Desigualdad Efectiva hace referencia a la desigualdad que se da dentro de la universidad, incluso dentro de las mismas carreras. Así, los estudiantes de un origen social más elevado optarán por instituciones de mayor prestigio y trayectorias formativas más largas. Este fenómeno desemboca en la inflación de títulos académicos o credencialismo.

Cabría añadir también sobre EMI, elementos ideológicos y sociales que determinadas instituciones de élite, transmiten en ese proceso de diferenciación. Sin olvidar la importancia de las redes sociales y familiares a la hora de hacer valer los títulos alcanzados.


REFERENCIAS

Troiano, H.; Torrents, D.; Sánchez-Gelabert, A.; Daza, L. (2017) Evolución del acceso a la universidad y de la elección de titulación universitaria entre la población joven en Catalunya En Cuadernos de Relaciones Laborales 35(2), pp. 281-303.

domingo, 10 de diciembre de 2017

¿QUÉ ES RACISMO ACADÉMICO?

Imagen de la historiadora canadienseA menudo tendemos a pensar que el racismo está asociado al bajo nivel cultural de los sujetos y que el actual crecimiento del mismo en Norteamérica y Europa está asociado a una generación que ha perdido el interés por la lectura y el saber.

No obstante, el trabajo de Teun van Dijk (1993) apunta a que ha existido y existe un racismo académico. En primer lugar, señala que el racismo moderno fue inventado por los académicos europeos de los siglos XVIII y XIX. Lo hicieron apuntando sistemáticamente hacia la biología de la raza humana, en lo que se refiere no solo al aspecto sino a las diferencias psicológicas y morales. Establecieron una jerarquía de razas humanas, legitimando el colonialismo, aquella razón de estado de la época.

Lo hicieron también a través de formas más complejas. 
Olive Patricia Dickason (1984) reflexiona con brillantez sobre la fascinación romántica hacia el “noble salvaje”, que no es otra cosa que una variante exótica del viejo racismo y nunca un alegato de igualdad.


Van Dijk plantea un aparente fin del racismo académico después de la Segunda Guerra Mundial. Aparente, porque persiste un nuevo racismo que, apartándose del darwinismo social, se encaminó hacia el etnicismo, el racismo cultural y el racismo de élite. Pone como ejemplo el papel de determinados científicos sociales como asesores gubernamentales en políticas de migración, que han legitimado el cierre de fronteras en términos de un inevitable choque entre dos mundos.


REFERENCIAS

Dickason, O.P. (1984) The myth of the savage and the beginings of French colonialism in the
Americas. Edmonton: University of Alberta Press.

Van Dijk, T. (1993) Racismo y discurso de las élites. Barcelona: Gedisa.

domingo, 3 de diciembre de 2017

NOVEDADES DE ATLAS.TI 8

El pasado mes de Mayo se lanzó la nueva versión de ATLAS.ti 8, que incorpora cambios importantes respecto a la versión 7. Lo que más llama la atención es que, si en las anteriores versiones, los menús contextuales estaban organizados por objetos (documentos, citas, códigos, memos, relaciones, representaciones gráficas); a partir de la versión 8, los menús se ordenan en torno a acciones (Inicio, buscar, analizar, importar/exportar, herramientas y ayuda). Siguen existiendo los administradores (managers) de cada uno de esos objetos, pero pierden importancia en la pantalla principal.

La nueva versión añade también la posibilidad de deshacer y rehacer los últimos cambios realizados, que era una vieja necesidad de los usuarios de ATLAS.ti. En cuanto a documentos primarios, permite incorporar información procedente de Twitter, Endnote y Evernote.

ATLAS.ti 8 se encuentra por ahora disponible en versiones para Windows y para Mac.

En general, podemos señalar que esta reedición supone cambios muy importantes en cuanto a usabilidad y facilita realizar tareas de una manera más intuitiva. Los cambios son tan relevantes, que las usuarias/os de anteriores versiones deben adaptarse a esta nueva arquitectura.

En Sociología Necesaria, impartimos cursos del Programa y realizamos también sesiones de adaptación para usuarios de versiones anteriores.

domingo, 26 de noviembre de 2017

VII CONGRESO IBEROAMERICANO DE INVESTIGACIÓN CUALITATIVA

Como hemos hecho con otras ediciones,
Cartel CIAIQ 2018
informamos de la próxima edición del CIAIQ . Se celebrará del 10 al 13 de Julio de 2018 en Brasil, en la Universidad de Fortaleza. El encuentro reúne a profesionales dedicados a la investigación cualitativa procedentes de Latinoamérica, España y Portugal.

En esta ocasión, las actividades se dividen en Talleres y Paneles de Discusión. El plazo para la propuesta de los primeros termina el 7 de Enero próximo, mientras que para el caso de los segundos, la fecha última es el 14 de Enero. La inscripción para el evento termina el 30 de Abril.

En cuanto a los campos de aplicación, se distingue cuatro de ellos: el educativo, el de la salud, el de las ciencias sociales y el de la Ingeniería y la Tecnología. Por lo que respecta a este último campo, los estudios de usabilidad, contexto web y herramientas informáticas, son destacados como temáticas prioritarias.

Podéis encontrar más información en la página del evento

lunes, 20 de noviembre de 2017

ESTADO DEL BIENESTAR: FAMILIA, ESTADO Y MERCADO

Como hemos venido 
Imagen de una escuelaseñalando en las
 anteriores entradas, en “Los Tres  mundos del Estado del Bienestar (1993), Esping-Andersen plantea la ciudadanía social como la idea central del Estado del Bienestar (EB). Además, señala tres elementos para su comprensión:

a)  La desmercantilización: calidad de los derechos sociales.
b)  La estratificación social.

c)  La relación existente entre el Estado, el mercado y la familia.

En esta oportunidad nos detendremos brevemente en el tercer nivel de análisis: la relación entre Estado, mercado y familia.

Antes de la sociedad moderna, la política social se orientaba a un mundo que no estaba completamente mercantilizado. Así en la Edad Media lo que decidía la capacidad de una persona para sobrevivir no era el contrato laboral, sino el señor, la familia o la iglesia. En la sociedad moderna emergen como constructos sociales el estado y el mercado, perviviendo la familia como institución proveedora de protecciones sociales, en unos estados del bienestar más que en otros.

Esping-Endersen señala que el EB no puede ser entendido sólo en términos de los derechos que concede; se debe considerar también cómo las actividades del Estado están entrelazadas en la provisión social con las del papel de la familia y el mercado.

Richard Titmus (1958) define el estado del bienestar residual para referirse a la asunción de responsabilidad del estado, cuando la familia o el mercado fallan. En este sentido, procura limitar sus obligaciones a los grupos sociales más excluidos o necesitados.

Este tipo de EB suele ser típico de estados liberales, para los cuales la inseguridad y en principio la pobreza no sería culpa del sistema, sino consecuencia de una falta de previsión y de ahorro del individuo. Los lisiados, los enfermos y los viejos están obligados a depender de la familia, lo que, a su vez, limita la capacidad de la familia para ofrecer al mercado su trabajo. En buena parte de los casos, bajo el dogma liberal, los sujetos se ven forzados a acudir en busca de solidaridad a todas las instituciones precapitalistas de ayuda social, como son la familia, la iglesia y la comunidad. La obligación pública empieza en donde falla la familia y el mercado.

Mientras, el EB basado en un sistema universalista, está dirigido a toda la población, promueve la igualdad de estatus como una alternativa a la ayuda a los que se comprueba que no tienen medios a la seguridad social corporativista. Todos los ciudadanos están dotados de derechos similares, con independencia de su clase o de su posición en el mercado. Busca construir la solidaridad por encima de las clases. Aunque de facto supone una estructura de clases peculiar. La gran mayoría de la población es considerada como “gente sencilla”, para la cual un modesto, aunque igualitario subsidio, puede ser suficiente. Esto promueve un dualismo involuntario, porque las personas con capacidad adquisitiva se dirigen a los seguros privados y a la negociación de beneficios adicionales a través de las luchas gremiales. Es así como “Los pobres confían en el Estado y el resto en el mercado”, son los casos de Canadá o Gran Bretaña.

Según Esping-Endersen, la alternativa es buscar una síntesis de universalismo y de adecuación fuera del mercado, tal como en ese momento era el caso de Suecia y Noruega.

El Estado incorpora a las nuevas clases medias dentro de un confortante segundo nivel, universalmente inclusivo, con una disposición de seguros relacionados con los ingresos por encima del igualitario impuesto proporcional. Si bien, introduce la desigualdad de prestaciones al garantizar subsidios adaptados a las expectativas, pero, efectivamente, bloquea al mercado.

La política se dirige tanto al mercado como a la familia tradicional. Pero a diferencia modelo corporativista, no espera hasta que se agote la capacidad de ayuda familiar, sino busca socializar prioritariamente los costes de la familia. El ideal es no maximizar la dependencia del individuo respecto a la familia, sino brindar apoyos institucionales para que el individuo gane independencia.

Por ejemplo, el EB suministra las prestaciones directamente a los niños y se responsabiliza directamente del cuidado de éstos, de los mayores y de los más necesitados. Una pesada carga de servicios sociales se compromete a atender las necesidades de la familia y a permitir que las mujeres puedan elegir entre permanecer en casa cuidando de los hijos o vincularse al trabajo.

Este tipo de EB se caracteriza por ser una fusión de bienestar social y trabajo. El Estado está obligado a garantizar el pleno empleo pues sus políticas sociales dependen de este logro. En este sentido, para mantener este Estado debe colocar como principal propósito el derecho al trabajo. Para lo cual se requiere un grado de consenso político para garantizar un apoyo amplio por los elevados impuestos que el estado del bienestar demanda. De esta manera brinda una amplitud de derechos sociales, asociados a prestaciones sociales como la de desempleo –sin mayores obstáculos de entrada y extensos procesos de permanencia, sobre la base de ayudas económicas dignas-.

No debería confundirse con la erradicación total del trabajo como mercancía. Ese concepto se refiere más bien al grado en el que los individuos o las familias pueden mantener un nivel de vida socialmente aceptable. Cuando el trabajo se aproxima a la libre elección más que a la necesidad, la desmercantilización puede llegar a la desproletarización (1993:60).

En contraste con el liberalismo, el propósito es maximizar e institucionalizar los derechos para con ello orientar la política hacia la desproletarización del estatus del trabajador; de tal forma que el trabajo empiece a ser similar al que han disfrutado durante décadas estratos vistos como privilegiados como los funcionarios.

Bajo las categorías propuestas por Esping-Endersen, la crisis económica, acompañada de políticas neoliberales, ha supuesto el debilitamiento del EB en algunos países europeos, con el traspaso de responsabilidad social a las familias; ante la configuración de un mercado en donde la precarización y flexibilidad laboral hacen de los individuos sujetos frágiles, tanto dentro como fuera del mercado.


BIBLIOGRAFÍA

Esping-Andersen, Gösta (1993) Los Tres mundos del Estado de Bienestar, Edicions Alfons el Magnánim, Valencia.

Titmus, R. (1958) Essays on “the welfare state”. London: Allen & Unwin.

domingo, 12 de noviembre de 2017

ESTADO DEL BIENESTAR Y ESTRATIFICACIÓN SOCIAL

Como ya señalamos en la entrada anterior, bajo el marco analítico presentado por
Dualismo en el estado del bienestar
Esping-Andersen, la ciudadanía social constituye la idea central del Estado del Bienestar (EB). Ahora vamos a centrarnos en el concepto de la estratificación social.

El autor (1993) se pregunta: ¿Disminuirá la relevancia de las clases sociales con la ampliación de la ciudadanía social? ¿Puede el Estado del bienestar transformar fundamentalmente la sociedad capitalista?

Esping-Endersen señala que, además de ser un mecanismo que interviene en la estructura de desigualdad y, probablemente, la corrige; es, además, un sistema estratificador en sí mismo, una fuerza activa en el ordenamiento de las relaciones sociales. En este sentido, el concepto de ciudadanía significa también eso mismo: el status de que alguien como ciudadano competirá o, incluso, reemplazará a su posición de clase.

Se supone que la política de bienestar aborda los problemas de la estratificación, pero también los produce. El EB “puede proporcionar servicios y seguridad de ingresos, pero también es, y siempre lo ha sido, un sistema de estratificación social. Los EB son instituciones clave en la estructuración de las clases y del orden social. Ayudan a determinar la articulación de la solidaridad social, las divisiones de clase y la diferencia de estatus” (19-81). Por ejemplo, a través del sistema educativo, el cual no sólo afecta las posibilidades de movilidad de los individuos, sino que transforma las estructuras de clase como un todo. Mediante la organización de los servicios sociales, a través de la generación de políticas de discriminación positiva para ciertos colectivos (mujeres, personas mayores sin vínculos previos con el mercado, etc.).

Por ejemplo, el EB en algunos países da privilegios a los empleados; mientras en otros, en donde predomina el modelo de Asistencia Social o una visión liberal del EB, basada en políticas restrictivas de ingreso, y apoyada en mínimos sociales, desencadena en un dualismo social y en una estigmatización de quienes hacen uso de los servicios sociales. Brinda un servicio de mínimos a quienes se encuentran en situación de precariedad, a la vez que promueve la protección privada para los más afortunados. Si se combinan las diversas propuestas liberales se puede obtener: a) un grupo en lo más bajo que confía ante todo en la ayuda estigmatizadora; b) en el medio integrado predominantemente por clientes de los seguros sociales; c) un grupo privilegiado que es capaz de obtener su principal protección social del mercado.

En la siguiente entrada veremos el vínculo entre familia/Estado/Mercado, a la luz del mismo autor.


BIBLIOGRAFÍA

Esping-Andersen, Gösta (1993) Los Tres mundos del Estado de Bienestar. Valencia: Edicions Alfons el Magnánim.

domingo, 5 de noviembre de 2017

DESMERCANTILIZACIÓN DEL ESTADO DEL BIENESTAR EN ESPING-ANDERSEN

Fotografía del sociólogo danésEl libro de Esping-Andersen “Los Tres mundos del Estado del Bienestar” se ha convertido en un clásico para los estudiosos del estado del bienestar (EB).

Esping-Andersen plantea la necesidad de darle contenido a la idea de Marshall respecto a que la ciudadanía social constituye la categoría central para la comprensión de un estado del bienestar. Sobre todo debe implicar la concesión a los derechos sociales el estatus legal y práctico de inviolables.

Si bien, no existe un modelo puro de EB, los criterios esenciales para definirlo son:

  • La desmercantilización: calidad de los derechos sociales.
  • La estratificación social
  • La relación existente entre el estado, el mercado y la familia.
En esta oportunidad nos detendremos en el concepto de desmercantilización.

Según Esping-Endersen, la característica más importante del EB es la ampliación de los derechos sociales -la política social-. En este sentido, el monto del gasto social no necesariamente es la mejor expresión del Estado del Bienestar. Inspirado en Polanyi, considera los derechos sociales como el camino para la desmercantilización de los trabajadores.

Una definición mínima del EB, significa que los ciudadanos pueden decidir libremente y sin potencial pérdida del empleo, de los ingresos, de la seguridad social, dejar de trabajar cuando lo consideren necesario. En este sentido, el criterio relevante para la comprensión de la desmercantilización es en qué medida los derechos sociales permiten a los individuos contar con una vida digna, independientemente de la pura fuerza del mercado, es decir, en qué medida contribuyen a disminuir el estatus de los ciudadanos como mercancías. Por tanto, la desmercantilización se produce cuando se genera un servicio como un asunto de DERECHO y cuando una persona puede vivir dignamente sin depender del mercado.

Las prestaciones por desempleo, por enfermedad, por invalidez, por embarazo, por jubilación, por ejemplo, han supuesto procesos de desmercantilización.

Según Esping-Andersen, para analizar en qué medida hay una alta desmercantilización de las personas, habría que considerar los siguientes aspectos:

1) Las normas para ser beneficiario y las restricciones sobre los derechos sociales. Puede considerarse que un programa tiene un potencial desmercantilizador mayor si el acceso es fácil y si se garantizan los derechos a un nivel de vida adecuado sin tener en cuenta los empleos que se han tenido anteriormente, el rendimiento, la comprobación de las necesidades o las cotizaciones.

2) La salida. Si los programas sólo proporcionan subsidios de duración limitada, su capacidad para la desmercantilización se reduce claramente.

3) El alcance de los derechos. Si los derechos sociales no están asociados a la mercantilización del trabajo –a su vínculo laboral presente y/o pasado- si no a la condición de ciudadanía o de residente durante determinado tiempo. Por ejemplo, si el acceso a la seguridad social no está mediado por el vínculo con el mercado; al igual que la obtención de una renta por invalidez, vejez, enfermedad, entre otras.

Aunque no existen modelos puros de EB, el autor plantea tres modelos de seguridad social (Esping-Andersen, 1993:70-72):

Predomina la Asistencia Social: basado en la comprobación de medios de vida y de los ingresos que se tienen. Cuenta con poco poder desmercantilizador a pesar de que los derechos no están vinculados al comportamiento laboral como una necesidad manifiesta. Sin embargo, la comprobación de las necesidades y los subsidios escasos sirven para reducir el efecto desmercantilizador. El resultado es el fortalecimiento del mercado puesto que aquellos que cuentan con medios económicos acudirán a éste, contratarán planes privados de protección social; mientras los pobres, los que fracasan en el mercado, acudirán a ellos.

Seguridad Social Estatal Obligatoria: con derechos reconocidos bastante amplios, pero no asegura la desmercantilización en la medida en que es un modelo basado en el rendimiento en el trabajo cuyos derechos dependen del vínculo con el mercado laboral y de las aportaciones financieras, y generalmente están sujetas a la lógica del actuarialismo. El individuo tiene un derecho personal de naturaleza contractual, por ello deja de lado a aquellos que no están o no han estado vinculados al mercado.

Por ejemplo, Alemania fue pionera pero apenas ha aportado a la desmercatilización, pues los casi todos los ciudadanos dependen de la aportaciones, y por tanto, del trabajo y el empleo.

El tipo Beveridge de subsidios a los ciudadanos puede aparecer como desmercantilizador. Ofrece un subsidio básico e igual para todos, independientemente de sus actividades, aportaciones y rendimiento previo. Es un sistema más solidario pero rara vez tales esquemas han sido capaces de ofrecer subsidios de tal nivel que provean a los beneficiarios de una alternativa real al trabajo.

Esping-Andersen señala en su libro que los modelos desmercantilizadores son pocos y recientes; habría que añadir que en los últimos años se han debilitado con las políticas neoliberales, a las cuales no han escapado los países que en el momento del estudio del autor aparecían como modelos de EB. Es el caso en los años 60 y 70 de países como Noruega, cuyos subsidios se igualaron casi hasta llegar a los salarios normales, sin que las personas tuvieran mayores obstáculos de entrada y salida para acceder a los mismos. La desmercantilización ha supuesto dejar a los sujetos a expensas del mercado o transferir la responsabilidad de éstos nuevamente a las familas.

En la próxima entrada hablaremos de la estratificación social y del empleo, dos categorías fundamentales para comprender el Estado del Bienestar, en términos de Esping- Endersen.


BIBLIOGRAFÍA

Esping-Andersen, Gösta (1993) Los Tres mundos del Estado del Bienestar. Valencia: Edicions Alfons el Magnánim.

lunes, 30 de octubre de 2017

LA ECONOMÍA VS LA POLÍTICA Y LA SOCIEDAD, SEGÚN MÉDA

Imagen de la autoraContinuando con la crítica que realiza Polanyi a la economía, Méda, en su libro, El trabajo: un valor en peligro de extinción (2009), señala la necesidad de replantear el papel de la economía, campo que actualmente define los fines de la política y de la sociedad: producir y consumir, como imperativos categóricos incuestionables.

Méda sostiene que el papel de la política es establecer los fines de la vida en sociedad, a través de la palabra. Por ello es indispensable plantearnos en el ágora en qué sociedad queremos vivir, para lo cual es fundamental hablar, discutir y participar.

El papel de la economía debe ser el ámbito de los medios, no de los fines, es decir, resolver el problema del sustento, de las necesidades materiales. Mientras, en el campo de la política y de la sociedad se deben definir los fines, campos que están secuestrados actualmente por la economía.

El campo de la política está referido a la esfera pública, que es el ámbito de los fines. Rememorando la polis griega, Méda señala que ser político -vivir en la polis- significaba que todo se decía por medio de palabras y de la persuasión, no mediante la fuerza ni la violencia. Era una búsqueda compartida de la buena vida en sociedad o de la buena sociedad.

En cuanto a la sociedad, distante de la consideración del siglo XVIII de un agregado de individuos -proclamada por la economía-; Méda la plantea como un contrato voluntario entre todos los individuos, orientado a construir un vínculo social, pero este vínculo no lo puede generar el intercambio. La fraternidad y la solidaridad, a pesar de no tener una formalización racional clara en el siglo XX, deben ser principios configuradores del vínculo social.

Expresión del ámbito social son los movimientos sociales, las asociaciones. Un campo propiamente político, expresión de formas diversificadas de ciudadanía, pero no sometido a lo político. Es un espacio que habría que recuperar y/o construir de manera urgente. Proyecto que se hace cuesta arriba en una sociedad de consumo, pero indispensable hoy más que nunca.

Reconocer al individuo y preservar el vínculo social. El desafió de la modernidad consiste en reconocer al individuo e integrarlo al mismo tiempo en una comunidad de derechos y obligaciones que suponga algo más que el intercambio comercial, mercantil. En efecto, no se trata de imponer unas convicciones, creencias o estilos de vida, ni tampoco es necesario tener las mismas convicciones y creencias, para decidir entre todas y todos qué entenderemos por riqueza, cómo se distribuirá, cómo podemos organizar, por ejemplo, un sistema sanitario, educativo, fiscal, etc. La diversidad de convicciones personales no es en modo alguno un obstáculo para establecer conjuntamente los fines sociales.

En este momento, la sociedad debe actuar para rescatar la política del campo económico. No cabe duda de que el establecimiento de un fin social puede entrañar algún tipo de obligación para los individuos, pero quizás haya llegado el momento de aceptar que la buena vida en sociedad tiene su precio y su importancia para el individuo y que quizás algunos deseos –que no las libertades individuales ni los derechos democráticos- pueden quedar limitados por causa de la vida en sociedad.

Pero una sociedad moderna no puede llegar a ser comunidad sin un estado que le sirva de catalizador y de mediador. Un Estado cuya función primordial sea posibilitar la mediación de la sociedad consigo misma, ayudándola en la formación y expresión de la voluntad general.

Por encima de las funciones reguladoras del crecimiento o correctoras de desigualdad, la función de ese Estado sería organizar el espacio público, esto es, liberarlo y facilitar el acceso de los ciudadanos a ese espacio en el que podrán expresarse, en el que podrán participar de la toma de las decisiones públicas en la elección de la buena sociedad, en el ejercicio de la función pública.


BIBLIOGRAFÍA

Méda, D. (2009) El trabajo: un valor en peligro de extinción. Gedisa, España.

Prieto C. (1999) Crisis del empleo: ¿crisis del orden social?, en Miguélez y Prieto (1999)

domingo, 22 de octubre de 2017

EL CONCEPTO DE ECONOMÍA SEGÚN POLANYI

Imagen del economista críticoKarl Polanyi, en su libro “La Gran Transformación, crítica del liberalismo económico” (1989), realiza una reflexión profunda sobre dicha tradición y se adentra en el concepto de economía.

Plantea que el contenido común de toda actividad económica es el sustento, es decir, la provisión de bienes materiales para la reproducción de la sociedad. Esta sería la concepción sustantiva, mientras la concepción formal se apoya en la elección de medios escasos para fines alternativos.

En la perspectiva dominante de la economía, la formal, el hombre es considerado como un ser con necesidades ilimitadas, movido por el afán de lucro y con un deseo natural por disponer de lo que es escaso. Según Polanyi, esta percepción del hombre es una invención de la ciencia económica, la cual se postula como la solución para resolver la cuestión del vínculo social.

El punto de partida son los individuos, quienes se ven abocados a establecer vínculos entre ellos movidos por el deseo de abundancia, y cuyas relaciones están reguladas de manera automática por el mercado. En este sentido, la economía de mercado es un sistema político-económico, cuyo rasgo fundamental es el intercambio (trabajo, tierra, dinero), que en tanto mercantil, es autorregulado por el mercado a través de los precios.

La autorregulación requiere requisitos institucionales y de comportamiento. Los institucionales están relacionados con: 1) Derecho a la propiedad privada, el cual se erige como un derecho fundamental que garantiza la venta y uso de mercancías. 2) Contratos libres entre partes que deben respetarse. 3) Atomismo de los sujetos: todos y cada uno de ellos existen y actúan por cuenta propia, en busca de sus intereses particulares y separados de los demás; el vínculo social es un fluir incesante de intercambios.

En este sentido, el reto de la economía es lograr la coexistencia entre los individuos que carecen de interés por lo demás: individuos que no son inicialmente sociables, que sólo se preocupan por su propia conservación (principios: individualistas, hedonistas y utilitaristas).

En cuanto a los requisitos de comportamiento, la relación entre los individuos está basada en la acción racional económica; acción consistente en la elección más adecuada entre medios escasos para alcanzar fines alternativos y jerarquizados, orientados a la obtención del máximo de beneficios. La mediación del dinero hará que la maximización sea dineraria.

Bajo estos requisitos institucionales y de comportamiento, la economía de mercado es una institución social que sólo tiene una orientación: la producción y la distribución, cuyo sentido es la satisfacción de necesidades materiales. En este marco, la política y la sociedad se hallan institucionalmente separadas del mercado. No se requiere la injerencia del Estado ni de la sociedad para establecer vínculos entre los sujetos, por ejemplo, como el de solidaridad. El silencio del mercado, a través de los precios, resuelve las interacciones humanas, reduciendo los riesgos de conflicto. En este marco de comprensión de la economía, el crecimiento y el intercambio mercantil se erigen como fines de la sociedad.

El imperativo de la economía es dar con los medios que garanticen el crecimiento de la producción. Medios eficaces para la consecución de un fin cuya pertinencia nunca será discutida. Es decir, la economía se postula como una ciencia de los medios y no de los fines, aunque sigue considerando que el incremento de la producción es un bien en sí mismo.

La economía nos hace creer que cualquier deseo puede ser satisfecho. Consumir se ha convertido en un acto cívico, y no importa el qué se consume, siempre y cuando lo recojan las estadísticas. La clase política se convierte en una tecnocracia especializada en la elección de medios más propicios a la consecución de objetivos predeterminados. Nunca se plantea los fines de la vida en sociedad como diferentes a los planteados por la economía que estima que la tarea de un país es exclusivamente económica y considera al hombre como un productor-consumidor. Posteriormente, Hannah Arendt va a fundamentar su crítica a la economía moderna en estos principios, como veremos en otra entrada del blog.


BIBLIOGRAFÍA

Polanyi, K. (1989) “La gran transformación. Crítica del liberalismo económico”, Madrid: Ediciones de la Piqueta.

domingo, 15 de octubre de 2017

VARIABLES MACRO AUTOMÁTICAS EN SAS

Al iniciar una sesión de SAS, se configuran una serie de macros automáticas, que se pueden utilizar en los programas. Algunas de ellas son:
  • &SYSDATE: Expresa la fecha actual: 15OCT17
  • &SYSTIME: Muestra la hora actual: 7:15
  • &SYSDAY: Arroja el día de la semana: Tuesday
  • &SYSVER: Informa de la versión de SAS que tenemos instalada: 9.4
  • &SYSTIME: Muestra la hora actual: 7:15
  • &SYSDSN: Muestra la librería y el nombre del último dataset creado en la actual sesión de SAS: WORK A
Las utilizamos para obtener información actual de una manera sencilla. Un ejemplo puede ser el siguiente: si necesitamos obtener la fecha actual incluyendo el día de la semana, basta con invocar las macros automáticas &SYSDAY y &SYSDATE:



%put fecha actual=&SYSDAT, &SYSDATE;




En el log obtendremos la siguiente salida:




1    %put fecha actual=&SYSDAY &SYSDATE;

fecha actual=Sunday, 15OCT17







domingo, 8 de octubre de 2017

FORMAT E INFORMAT EN SAS

Quienes conocéis algo de SAS, habréis visto alguna vez las sentencias Format e Informat como parte del paso Data. Ambas tienen que ver con asignar formatos a las variables, pero existe una diferencia importante entre ellas: Informat se refiere a formatos de lectura de datos, mientras que Format se utiliza para formatos de escritura.

En ambas podemos establecer un formato por defecto para las variables a las que no se le haya asignado formato. Un ejemplo sería el siguiente, en el que establecemos para la variable W el formato $char3 y para la variable Y el formato 10.3, al tiempo que asignamos como formatos por defecto 8.2 y $char8, que se aplicarán a las columnas a las que no se haya asignado formato (en este caso X y Z):



data tstfmt;
   format W $char3.
          Y 10.3
          default=8.2 $char8.;
   W='Good morning.';
   X=12.1;
   Y=13.2;
   Z='Howdy-doody';
   put W/X/Y/Z;
run;




La sentencia Informat funciona de manera similar. 



data tstinfmt;
   informat x 6.2 default=3.1;
   input x;
   put x;
   datalines;
111
222
333
;
run;




En este caso, se asigna como formato de lectura 6.2 
a la variable X, dejando 3.1 como formato por defecto para otras columnas numéricas.


domingo, 1 de octubre de 2017

AVERSIÓN IDEOLÓGICA

Leemos un interesante artículo de Vicente Manzano-Arrondo (2017), que aborda la cuestión del rechazo a las ideologías a través de dos muestras cuantitativas. El autor define aversión ideológica como “encuadre ideológico que combina el rechazo de las ideologías y la defensa de las actuaciones políticas ceñidas a la dimensión de lo técnico”. A partir de ahí, elabora una serie de ítems alrededor del rechazo y esta orientación a lo técnico. Concluye que existe relación significativa entre ambos aspectos y que hay un mayor grado de tolerancia con las ideologías mismas que con su aplicación en el terreno político.

Uno de los ítems del cuestionario relacionados con el rechazo de las ideologías es “Quien siga una ideología es que no tiene personalidad”. Nos parece un acierto que haya sido incluido, pues la oposición a las ideologías en general puede ser resultado de una exaltación del individualismo, de un rechazo al ideario político como expresión de lo colectivo. Tal vez el mismo diseño del instrumento permita profundizar esa línea de análisis en un futuro.

Igualmente, el autor reconoce la importancia de los encuadres y necesidades sociales en el proceso ideológico. Pero sería interesante conocer las diferencias que existen entre los diferentes grupos sociales a la hora de ligar esta aversión con la dimensión de lo técnico. Tal vez el corporativismo, más fuerte entre sujetos con niveles de formación más altos, pueda incidir en estas cuestiones.


REFERENCIAS

Manzano-Arrondo, V. 2017. “Ideología y aversión ideológica”. Revista Internacional de Sociología 75 (3): e068. doi: http://dx.doi.org/10.3989/ris.2017.75.3.15.117

domingo, 24 de septiembre de 2017

LA TEORÍA DE LOS VÍNCULOS DÉBILES

Imagen del sociólogo autor de la teoríaLa teoría de los vínculos débiles forma parte del análisis de redes sociales. Fue desarrollada a principios de los años 70 por Mark Granovetter (1973), sociólogo de la Universidad de Stanford.

Esta teoría plantea que relaciones sociales de baja intensidad, que suponen una mayor distancia social, relaciones menos directas o menor dedicación de tiempo son muy efectivas, al distribuir información no redundante e integrar mundos diferentes.

Los conocidos, los amigos de los amigos o, incluso, desconocidos con quienes las personas pueden establecer pequeños vínculos, son decisivos para las oportunidades individuales y para la integración de los sujetos dentro de las comunidades. Así, para encontrar trabajo o desenvolverse en una comunidad política, profesional o académica, los vínculos débiles pueden ser tan determinantes o más que los vínculos fuertes.


REFERENCIAS


Granovetter, M. (1973) "The strength of weak ties". En American Journal of Sociology; vol 78, nº 6. (pp. 1360 - 1380).

domingo, 17 de septiembre de 2017

EXPECTATIVAS DE LOS PADRES Y RENDIMIENTO ESCOLAR EN EL CONTEXTO ACTUAL

Progenitores y alumnos a la puerta de un centro
Varios científicos sociales norteamericanos (Sewell y Hauser, 1980; Sewell, Hauser, Springer y Hauser, 2003) desarrollaron en los años cincuenta el llamado “modelo Wisconsin”, que relacionaba las expectativas de los padres y madres con el rendimiento escolar de sus hijos. 

Martín Criado y Gómez Bueno (2017) evalúan esta cuestión utilizando datos de la Encuesta Social 2010 realizada en Andalucía la importancia de las expectativas de los padres y madres en el éxito escolar de sus hijos. Para ello, comparan dos cohortes de alumnos: los nacidos en 1994 (que en el momento de la encuesta tenían 12 años) y los nacidos en 1998 (que ya tenían 16 años).

El estudio demuestra que el éxito o fracaso escolar no están relacionados con las expectativas de los padres. O, mejor dicho, que dichas expectativas se adaptan al rendimiento escolar y no al revés. Reconocen que existen diferencias de rendimiento asociadas al origen social, especialmente en la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO), a la que consideran una “colosal carrera de obstáculos”.

Desde hace décadas, los sociólogos de la educación (Bernstein, 1961; Willis, 1977; Lerena, 1986; Fernández Enguita, 1990; Bourdieu, 2003) vienen advirtiendo que los contenidos impartidos en la escuela corresponden predominantemente a la cultura de la clase media, estableciendo mecanismos inconscientes de exclusión, que derivan en la deserción escolar de muchos estudiantes pertenecientes a los estratos populares.

Además de profundizar en una política de becas, las instituciones deben abordar estas cuestiones para convertir la escuela en una institución más abierta y plural.


REFERENCIAS

Bernstein, B. (1961) Social Structure, Lenguage and Learning. En: Educational Research, June 3th, pp. 163-176).

Bourdieu, P. (2003) Los estudiantes y la cultura. Buenos Aires, S. XXI.

Fernández Enguita, M. (1990) La cara oculta de la escuela, Madrid: Siglo XXI.

Lerena, C. (1986) Escuela, ideología y clases sociales en España. Barcelona: Ariel.

Martín Criado, E. (2017) Las expectativas parentales no explican el rendimiento escolar. En: RES n.º 26 (1).

Sewell, W. H., y Hauser, R. M. (1980) The Wisconsin longitudinal study of social and psychological factors in aspirations and achievements. Research in Sociology of Education and Socialization, 1, 59-99.

Sewell, W. H., Hauser, R. M., Springer, K. W., y Hauser, T. S. (2003) As we age: A review of the Wisconsin longitudinal study, 1957-2001. Research in Social Stratification and Mobility, 20, 3-111.

Willis, P. (1977) Learning to labour : how working class kids get working class jobs, Saxon House, Farnborough.




domingo, 10 de septiembre de 2017

EL ENFOQUE DIFERENCIAL EN INVESTIGACIÓN E INTERVENCIÓN SOCIAL

Para alcanzar la igualdad entre los sujetos es necesario, primero, reconocer la discriminación de que son objeto algunos colectivos; segundo, visibilizarla; y, por último atenderla, es decir, dar razón de la variación interpersonal existente, tal como señalan Toboso y Arnau, a la luz de Amartya Sen:

La capacidad representa la libertad, mientras que los recursos nos hablan sólo de los medios para la libertad, sin atender a la variación interpersonal entre esos medios y las libertades concretas conseguidas. Como hemos señalado, es importante atender a esos rasgos diferenciales entre los diversos individuos y las diversas comunidades, las diferentes instituciones y las formas diferentes de producir esas libertades concretas” (2008:79)

En este marco de reflexión, el Enfoque Diferencial es, por un lado, un método de análisis; y, por otro, una guía de acción.

En tanto método, parte de destacar como prioritarios en la selección de la muestra a aquellos colectivos que por la posesión de un atributo negativo puedan ser víctimas de discriminación social, bien por una mayoría de la población o por un grupo hegemónico.

En tanto guía de acción, la política de intervención centra su desarrollo en los grupos más sensibles o más frágiles en materia de discriminación. La política se dirige a generar un marco de oportunidades orientado hacia la igualdad e inclusión social de dichos colectivos.

Este enfoque coloca especial atención en las diferencias de género, considerando a su vez a colectivos como los transexuales, travestis, transformistas e intersexuales. Orientado a develar la construcción social de patrones culturales patriarcales; aspectos identitarios acerca de cómo ser hombre o cómo ser mujer; y a destacar la discriminación y violencia contra las mujeres, entre otras líneas de análisis.

Otro componente del enfoque diferencial es el étnico, el cual parte de reconocer el histórico proceso de discriminación de ciertos colectivos por razones étnicas o culturales. Por ejemplo, grupos indígenas o comunidades negras o gitanas, son visibilizadas.

En términos metodológicos y de intervención, en esta propuesta emergen cada vez con mayor fuerza colectivos diferenciados por su orientación sexual, por su diversidad funcional, por su ciclo vital (niños y niñas, personas mayores, etc); además, por su situación de desplazamiento o de víctimas de la guerra.

Es por ello que el enfoque diferencial es cada vez más utilizado en políticas de intervención. De ahí que esté articulado a los Derechos Humanos y sea promovido desde entidades internacionales orientadas a promover políticas de igualdad.


REFERENCIAS

Toboso Martín, Mario; Arnau Ripollés, Mª Soledad (2008) La discapacidad dentro del enfoque de capacidades y funcionamientos de Amartya Sen Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, vol. 10, núm. 20, pp. 64-94 Universidad de Sevilla Sevilla, España.

domingo, 3 de septiembre de 2017

LA IMPORTANCIA DEL TRABAJO DE CAMPO. REFLEXIONES DE UNA ENCUESTADORA

Importancia del trabajo de campo en una encuesta
Hemos tratado el tema en entradas anteriores: la importancia del trabajo de campo en el éxito de las encuestas, o los límites de las técnicas cuantitativas para captar el discurso social y político. En este sentido, la revista Encrucijadas publica una interesante entrevista a una veterana encuestadora del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas). En la misma, la entrevistadora hace referencia a aspectos muchas veces olvidados en el diseño y el análisis de las encuestas.

En primer lugar, apunta varios problemas de validez. Tales como la polisemia (las personas entrevistadas entienden de forma diversa el significado de términos como “liberal”), la falta de comprensión de algunas preguntas o, incluso, la necesidad por parte de la encuestadora de traducir algunas ellas al lenguaje coloquial. Algo que aleja a los instrumentos del grado de estandarización necesaria. Dichas dificultades de comprensión dificultarían también el proceso de comunicación: “la gente da por supuesto que lo que les voy a preguntar la gente lo entiende, y si no lo entienden piensan ‘yo soy idiota’”. Además, reflexiona acerca de la escala de 1 a 10 en la posición política: muchos entrevistados quieren situarse “en el centro exacto” y dicha escala no dispone de punto central.

En segundo lugar, detalla algunas dificultades muestrales que son observadas en el campo. Concretamente se refiere a aquellas personas que no saben aún a quién votar y no contestan; o a aquéllas que no muestran interés por participar en un sondeo electoral, aunque finalmente sí voten: “no saben qué hacer con su voto y ese desafecto no se está recogiendo bien”. Añade que, en tiempos pasados, era relativamente fácil realizar entrevistas de intención de voto en los barrios populares, pero que hoy la situación ha cambiado: la precariedad se ha traducido en desinterés por la política y también por los sondeos electorales.

Y en tercer lugar, denuncia la falta de soluciones a problemas observados por los encuestadores/as en el campo:

Por ejemplo, en una encuesta sobre la sanidad, en la que se pregunta “si a los extranjeros se les trata diferente que a los españoles”, te responden "por supuesto que sí hay diferencia”, pero dicen que hay diferencia porque a los extranjeros les tratan mejor. No es la diferencia que parece que es. Cuando pasa, pones una anotación al final, en el ‘no contesta’… pero han pasado un montón de años, y la pregunta no se cambia.



Poder comparar históricamente datos de encuestas es un aporte para abordar los cambios sociales. Pero si los ítems no cumplen con los mínimos requerimientos, ¿merece la pena continuar recogiendo información que no es válida? Si Wright Mills levantara la cabeza, seguramente guardaría este pasaje para ilustrar el ethos burocrático.

En cualquier caso, el documento nos muestra una vez más la importancia de conocer lo que ocurre en el trabajo de campo cuando se diseña un instrumento de recolección. En una entrada anterior, recomendábamos que los propios autores/as de un cuestionario realizaran los pre-test o pruebas piloto de los mismos. No es algo trivial, las exigencias en el diseño deben ser mayores para aumentar la calidad de la información obtenida.


REFERENCIAS

Pasadas, Sara, Font, Joan, Camas, Francisco, Ferreras, Marisa, de Zárraga, José Luis y Rafael Ibañez (2017) Los métodos y técnicas de las ciencias sociales ante los procesos electorales. En: Encrucijadas. Revista crítica de ciencias sociales. Vol. 13.

domingo, 27 de agosto de 2017

MÁS DIFICULTADES EN LOS SONDEOS DE INTENCIÓN DE VOTO

Imagen de la entrevista
En una entrada anterior, hablábamos del fracaso de las encuestas en las elecciones generales celebradas en España en Junio de 2016  y en otra nos habíamos referido a la importancia de la no respuesta en los sondeos de intención de voto.

Adicional a esta información, Sara Posadas y Joan Font, sociólogos del Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA) del CSIC, revelan en una entrevista publicada en la Revista Encrucijadas otras dificultades que podrían ser la causa de desajustes como los referidos.

En primer lugar, se refieren al problema de la no respuesta en los sondeos. Introducen la cuestión de lo “socialmente deseable” en algunos procesos electorales, que lleva a infrarrepresentar determinadas opciones electorales opuestas a posiciones legitimadas por la opinión pública. Así pudo ocurrir con el inesperado triunfo de Trump en las presidenciales estadounidenses de 2016 o en el “No” en el referendum sobre el tratado de paz en Colombia, celebrado unos meses antes de esa fecha.

En segundo lugar, se centran en errores en el diseño de las muestras. A que actualmente las entidades encuestadoras utilizan directorios de teléfonos fijos, con lo que las personas que no disponen de dichos teléfonos en casa, pueden quedar excluidas de los sondeos. En relación con esas personas que sólo disponen de teléfono móvil, plantean que tienden a tener empleos más precarios y niveles de estudios más bajos, lo que apunta a un mayor desinterés por la política.

Y, en tercer lugar, independientemente de su inclusión en las muestras, señalan que este colectivo tiende a participar menos en los sondeos, debido a su mayor desapego político: se vuelve más invisible.

Reconocen que las entidades encuestadoras tratan de corregir el primero de estos problemas con la llamada “cocina” de las encuestas. Pero que ello no basta, sobre todo cuando los escenarios políticos son cambiantes. Igualmente plantean, como solución al segundo de los problemas, incluir también teléfonos móviles en las muestras. Y, respecto al tercero, gratificar la participación con regalos para vencer la resistencia de determinados colectivos.

Pero ¿cómo conseguir un directorio fiable de teléfonos móviles? Tal vez la investigación cualitativa pueda ayudar a mejorar las muestras estableciendo tipologías de discursos en torno a los sondeos y el desapego político en relación con las condiciones de vida de los sujetos.



REFERENCIAS

Pasadas, S., Font, J., Camas, F., Ferreras, M., García, C., Zárraga, J.L e Ibáñez, R. (2017)  Los métodos y técnicas de las ciencias sociales ante los procesos electorales. En: Encrucijadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales. Vol. 13.

domingo, 20 de agosto de 2017

PREFIGURACIÓN Y LA GENERALIZACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN DE MERCADOS

Evolución de la investigación de mercados
Cristina Santamarina y José Miguel Marinas (1994) analizan la evolución de la investigación de mercados en España. Y en la consolidación de esta actividad, especialmente en lo que respecta a la investigación cualitativa, sitúan un hito importante en el surgimiento de la prefiguración conceptual.

Concretamente, la separación entre producción material y producción conceptual (o prefiguración) es situada en la fase alto-industrial del capitalismo. En ese proceso, la investigación de mercados pasa de centrarse primero en el objeto (el producto); después, a descubrir el sujeto a través de procesos de segmentación, individualización (que aísla al individuo desocializándolo) y construcción de marca; para, en una etapa posterior, ir dejando atrás la psicologización y centrarse cada vez más en los procesos de significación social, que ligan discursos y prácticas sociales.


REFERENCIAS

Santamarina, C. y Marinas, J.M. (1994) La investigación investigada: contexto y categorías de los estudios del consumo en España. En: Política y Sociedad, 16, pp. 169-180.

domingo, 13 de agosto de 2017

DISCRIMINACIÓN MÚLTIPLE, COMPUESTA E INTERSECCIONAL

Discriminación múltipleLas personas podemos sufrir discriminación no sólo por un atributo, sino por varios a la vez. Por eso, hablamos de discriminación múltiple cuando se identifica que una persona sufre discriminación por ser negra y ser mujer, por ejemplo. En ese terreno se encuentra el proyecto MEDIM (“Medicion de la discriminacion multiple”), que realiza una investigación que incluye una fase documental y otra cualitativa.

En su última publicación, los autores (Valles, M., D’Ancona, M.A. y Domínguez, G., 2017) diferencian, dentro de la discriminación múltiple, dos formas de entender su génesis: la discriminación compuesta y la discriminación interseccional. En la primera, un factor de discriminacion se suma a otro, aumentando los efectos de las discriminaciones ya existentes. Mientras, en la segunda los factores actúan de forma simultánea, generando una discriminación diferente a causa de la combinación.

Los autores hablan también de conciencia de la discriminación múltiple por parte de las personas que la sufren y nos parece muy importante. Desconocemos de qué manera se introdujo el problema en las entrevistas y grupos de discusión, pero observamos que los sujetos muchas veces se refieren a dimensiones de un mismo tipo de discriminación: ser musulmana y llevar vestimenta islámica o profesar la religión musulmana, por ejemplo. La lectura del texto nos hace pensar que es necesario mejorar la manera de diferenciar, en esa cuestión, lo latente de lo obvio.


REFERENCIAS

Valles, M., D’Ancona, M.A. y Domínguez, G. (2017) Discriminación múltiple e inmigración: huellas de discurso institucional, académico y de la población. En: Revista Española de Investigaciones Sociológicas, 159, pp. 135-150.

domingo, 6 de agosto de 2017

INDICE DE EMPODERAMIENTO DE LA MUJER RURAL (WEAI)

Gráfico empoderamiento mujeres rurales
Fue creado en 2012 por Alkire, Meinzen-Dick, Peterman, Quisumbing y Vaz, como una herramienta de evaluación de las intervenciones realizadas por el programa Feed the Future de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

Trata de dar cuenta del empoderamiento de las mujeres en el sector agrario y fue construido a partir de encuestas domiciliarias realizadas a la población sujeta a intervención.

Está compuesto de dos sub-índices. El primero es el Índice de los Cinco Dominios de Empoderamiento, que hace referencia al porcentaje de mujeres que están empoderadas en: decisiones sobre producción agrícola, acceso y poder de decisión sobre recursos productivos, control sobre el uso del ingreso, liderazgo en la comunidad y uso del tiempo. Y el segundo es el Índice de Igualdad de Género, que recoge el porcentaje de mujeres cuyo empoderamiento es igual o mayor al de los hombres en sus hogares, mostrando también la brecha de empoderamiento que necesita ser superada para que las mujeres alcancen elmismo nivel.

Aunque cuenta con limitaciones en la recogida de la información y la ausencia de algunos elementos importantes en su construcción. Con toda probabilidad, su uso generará necesidades de profundizar en la dimensión cualitativa de los problemas, pero cabe destacar que supone una metodología útil para evaluar proyectos de intervención con mujeres del medio rural.


REFERENCIAS

Alkire S; Meinzen-Dick R; Peterman A; Quisumbing A; Seymour G; Vaz A. (2012) The Women’s Empowerment in Agriculture Index. IFPRI Discussion Paper 1240. Washington, DC, United States: International Food Policy Research Institute.

domingo, 30 de julio de 2017

METODOLOGÍA DE CAMBIO MÁS SIGNIFICATIVO (CMS)

Se trata de una metodología de evaluación y monitoreo de proyectos considerada participativa, en la medida en que cuenta con la información facilitada por los actores implicados en el contexto en que se desarrolla la actividad evaluada (Davies y Dart, 2011).

La técnica del Cambio más Significativo se basa en la recolección de historias en la que a través de talleres los participantes narran de manera colectiva cambios significativos

Cuenta en su definición con varias fases, entre las que se encuentran: Motivación de actores, Identificación de dominios del campo, definición del período de reporte, recolección de historias, selección de historias de CMS, retroalimentación de resultados, verificación de las historias, análisis de los cambios y revisión del sistema.

En general, puede decirse que la metodología de CMS contribuye a procesos de aprendizaje encaminados a mejorar la ejecución del proyecto en la medida en que genera input para la evaluación: captura, documenta, difunde y aprende de las experiencias de implementación


REFERENCIAS

Rick Davies y Jess Dart, 2011, Técnica del “Cambio Más Significante” (MSC, por sus siglas en inglés), Guía para su uso. En:
http://www.kstoolkit.org/file/view/metodologa_de_cambio_ms_significativo_resumen.pdf

domingo, 23 de julio de 2017

SOBRE EL FUTURO DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA EN ESPAÑA

Reunión de grupo con expertos cualitativosEn Noviembre pasado, la revista Encrucijadas publicó una actividad experimental coordinada por Marina Requena: un grupo de discusión (GD) sobre el grupo de discusión mismo, en el que los participantes fueron diez reconocidos analistas cualitativos españoles de diferentes generaciones. La reunión trataba de indagar sobre la evolución, los cambios y las persistencias de la práctica del GD en los diversos ámbitos. La publicación (Requena et al., 2016) recoge también un resumen realizado por Miguel Ángel de Prada y Carlos Pereda, del Colectivo IOE, así como la transcripción completa de la reunión.

La emergencia del big data y el actual crecimiento del paradigma cuantitativo en perjuicio del trabajo cualitativo, son presentados como problemas sin resolver. Se habla también de cambios en los perfiles de los científicos sociales, cada vez más alejados de la aproximación cualitativa y de la sociología crítica. E, incluso, de cambios en la forma de realizar el trabajo: el GD pierde terreno en investigación de mercados frente a otros diseños más directivos como el focus group. E, incluso, en el ámbito académico, el uso de software para el análisis cualitativo es entendido como una forma de alejarse del grupo de discusión tal como fue creado. A este último tema ya nos referimos en una entrada anterior.

Pero para resolver este dilema, que vuelve al debate entre cualis y cuantis, cabe preguntarse: ¿en qué momento histórico llegaron Jesús Ibáñez y Alfonso Ortí a la investigación cualitativa? ¿A qué se dedicaban nuestros dos maestros en los años 60 y 70? Se dedicaban a hacer investigación cuantitativa, analizando encuestas para estudios de mercado (Ortí, 1989; Alonso y Rodríguez, 2014). En ese contexto, surgió en ellos la necesidad de superar los límites de la encuesta como técnica de investigación y desarrollaron el grupo de discusión.

Adicionalmente, hay que ubicar ese momento en el nacimiento y desarrollo de los paquetes estadísticos. Un momento en el que se empezaba a producir una gran cantidad de información que provenía de encuestas. Algo, en alguna medida, similar a la revolución digital que vivimos actualmente y que nos ha llevado a nuevas formas de aproximarnos a la realidad, a generar conocimiento a partir de la información disponible (cada vez más digitalizada).

Que los estudiantes de ciencias sociales estén aprendiendo R no nos parece algo tan preocupante. Hace varias décadas, SPSS era también un lenguaje de programación y tuvimos que aprenderlo. Es necesario que estemos en esa batalla y, muy probablemente, seremos nosotros quienes hagamos esas preguntas que permitan desarrollar una nueva investigación cualitativa que se articule y complemente con el llamado big data.


REFERENCIAS


Alonso, L.E. y Rodríguez, J.M. (2014) La génesis sociohistórica del cualitativismo crítico español. En: Arxius de Ciències Socials, Nº 31, pp. 13-25.

Ortí, A. (1989) “La apertura y el enfoque cualitativo o estructural: la entrevista abierta y la discusión en grupo”. En: García Ferrando, Ibáñez y Alvira, El análisis de la realidad social. Métodos y técnicas de investigación. Madrid: Alianza Editorial.

Requena, M. (coord.); Fernando Conde; Javier Callejo; Enrique Martín Criado; J. Manuel Rodríguez Victoriano; Paula Martínez; Araceli Serrano; Gomer Betancor; Luis Enrique Alonso; David Prieto; Marc Barbeta; Carlos Pereda; Miguel Ángel de Prada (2016) Un grupo sobre el grupo de discusión. Entre la lógica instrumental y el eterno retorno a la sociología critica. En: Encrucijadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales, vol. 12.

domingo, 16 de julio de 2017

LA JAULA DE GOMA DE GELLNER

creador del concepto de jaula de goma
Inspirándose en la jaula de hierro de Max Weber, Ernest Gellner (1925-1995) desarrolló su concepto de jaula de goma.

Aclararemos primero el significado de jaula de hierro. Se refiere al creciente proceso de racionalización, que tiene que ver con el creciente cálculo, eficiencia tecnológica y control (Weber, M., 2003).

Para Gellner (1998), el resultado de los procesos de racionalización modernos conduce a una jaula de goma. Jaula porque implica coacción, pero flexible, porque tiene más que ver con un paradigma empresarial que con unas normas tan perfectamente claras. Esta flexibilización incluye la deslocalización de la producción, la flexibilización laboral, la globalización y la hostilidad al racionalismo, entre otras. Un desencanto con el desencanto. El autor pone como ejemplo la contracultura de los jóvenes actuales, que realmente no es disidente, sino asocial, apolítica o automarginada de la vida pública.


REFERENCIAS


Gellner, E. 1998. “La jaula de goma: desencanto con el desencanto”. En: Cultura, identidad y política, pp. 164-177 Barcelona: Gedisa.

Weber, M. (2003) La ética protestante y el espíritu del capitalismo. México: Fondo de Cultura Económica.

lunes, 10 de julio de 2017

LA EMPRESA ACTUAL EN SU CONTEXTO HISTÓRICO Y POLÍTICO

Mercantilización
Se ha estudiado y escrito mucho sobre cambios organizativos y las nuevas formas de trabajo, acontecidos en las últimas dos o tres décadas. Pero no demasiado acerca de cómo esos cambios están inscritos en un proceso histórico de transición hacia una sociedad neoliberal.

Según Alonso y Fernández (2016), el management es una expresión del neoliberalismo. Un manual de gestión empresarial que defiende la libertad de acción empresarial frente a “lo burocrático”, constituido por una serie de elementos a desterrar en un nuevo orden económico: frente a las demandas de estabilidad laboral o frente a la negociación colectiva, el nuevo orden neoliberal plantea la generalización de la competencia entre empresas y entre individuos, el emprendimiento como lógica fundamental, o la atomización del conflicto, que se convierte en una suma de choques y malestares de baja intensidad.

Muchas veces hemos cometido el error de percibir todos estos cambios desde los prismas del estudio del trabajo o de las organizaciones. Pero ubicarlos en un contexto político más amplio permite inscribirlos en lógicas como la mercantilización de la vida cotidiana o los procesos de desregulación de lo económico, por ejemplo.



REFERENCIAS

Alonso, L.E. y Fernández, C.J. (2016) La burocracia neoliberal y las nuevas funciones de las normas. En: Encrucijadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales, vol. 12.

domingo, 2 de julio de 2017

LAS NORMAS DE PUBLICACIÓN EN REVISTAS, BARRERAS PARA LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA

Imagen de un grupo de discusión
Desde este blog hemos difundido información sobre revistas de sociología y ciencias sociales indexadas, incluyendo sus normas de publicación. No obstante, cuando hemos tenido que enfrentarnos a la dispendiosa tarea de difundir resultados de investigación a través de dichas revistas, hemos sentido las dificultades que estas normas suponen cuando hablamos de nuestras investigaciones cualitativas.

Como señalan Marina Requena et al. (2016), el limitado número de páginas supone una barrera para difundir resultados “cualis”: se pierde la riqueza de colocar las citas literales en el texto y puede quedar un conjunto de ideas que es “un esqueleto sin carne”.

Cabría añadir que algunas revistas están dando pasos a favor de los estudios cuantitativos en perjuicio del enfoque cualitativo, llegando incluso a establecer normas de representatividad muestral. Esto nos parece un desacierto, un elemento más de ese cientifismo absurdo del que ya hemos hablado con anterioridad. En su lugar, más valdría que estas publicaciones contaran con evaluadores profesionales, capaces de seleccionar aquellos trabajos que cumplen con las normas de AEDEMO, por ejemplo.

¿Habéis percibido lo mismo? ¿Qué otras soluciones proponéis?


REFERENCIAS

Marina Requena (coord.); Fernando Conde; Javier Callejo; Enrique Martín Criado; J. Manuel Rodríguez Victoriano; Paula Martínez; Araceli Serrano; Gomer Betancor; Luis Enrique Alonso; David Prieto; Marc Barbeta; Carlos Pereda; Miguel Ángel de Prada (2016) Un grupo sobre el grupo de discusión. Entre la lógica instrumental y el eterno retorno a la sociología critica. En: Encrucijadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales, vol. 12.

domingo, 25 de junio de 2017

CRISIS DE LA SOCIOLOGÍA DE LA VEJEZ

Cuidados realizados por personas mayores
En los últimos años se habla de crisis de la sociología de la vejez a nivel internacional (Powell y Hendricks, 2009), sobre todo como un problema de falta de interés por parte de las sociólogas/os hacia ese área de conocimiento.

Esta tendencia se da también en España, a pesar del proceso de envejecimiento que se ha producido en la pirámide poblacional del país. Mariano Sánchez Martínez y Juan López Doblas (2017) realizaron un estudio utilizando la técnica Delphi. Señalan que existe un reducido número de expertos dedicados a la materia, cuyas aportaciones no han generado el interés necesario a nivel social. Hablan, además, de un cierto agotamiento de la vejez como objeto de estudio, de desencasillamiento de las propias personas mayores e, incluso, del intrusismo característico de un campo sobre el que todo el mundo se atreve a hablar.

Sugerimos que, más allá de estas dificultades, los profesionales dedicados a la sociología de la vejez deberían atreverse a explorar la vida de las personas mayores en relación con otros campos de conocimiento como el consumo, los cuidados y la participación social o política, entre otros. Optar por nuevos temas que les permitan liderar proyectos interdisciplinares sobre estas temáticas.


REFERENCIAS

Powell, J. L. and J. Hendricks, J. 2009. “The Sociological Con­struction of Ageing: Lessons for Theorizing”. Interna­tional Journal of Sociology & Social Policy 29: 84-94.

Sánchez Martínez, M. y López Doblas, J. (2017) Presente y futuro de la sociología de la vejez en España. Conclusiones de un estudio Delphi. En: Revista Internacional de Sociología vol. 75 (2), e064, abril-junio, 2017.