miércoles, 22 de diciembre de 2021

SOPORTES SOCIALES

Martuccelli (2007) desarrolla el concepto de soporte
para indicar los medios materiales e inmateriales, relaciones u objetos, experiencias o actividades diversas, que permiten a los individuos sostenerse en el mundo (citado por Capriati, 2015). No hay individuos sin soportes y no todos los soportes permiten la constitución del individuo.

Mientras Robert Castel (1997) remitía a los soportes sociales, expresados en las condiciones económicas, los derechos sociales y el sistema de protección; la aproximación de Martuccelli deja abierto el análisis a las dimensiones sociales y existenciales. Los soportes, a diferencia de los recursos o capitales, no suelen ser utilizados a nivel instrumental, son de tipo relacional, escapan al control unilateral y suponen vínculos intersubjetivos (Martuccelli, 2007).

Vivimos en una sociedad en donde el mito del individuo, de su autorrealización, de su autonomía, de su heroísmo carga sobre los hombros de los sujetos toda la responsabilidad de su situación social. De ahí que la construcción de soportes, como cristalización de solidaridades colectivas, de cuidados, tenga que afrontar la lucha por su legitimidad, por su normalización e institucionalización.

Los grupos o personas que tienen soportes invisibles, sustentados por su posición “de privilegio” (económico, social, cultural y simbólico), se construyen social y simbólicamente como sujetos que se sostienen y realizan desde el interior, desde su esfuerzo y capacidad personal. Estos grupos suelen cuestionar la legitimidad de los soportes. En este sentido, los individuos en situación de vulnerabilidad, obligados a sostenerse en mayor medida desde su interior, son catalogados como dependientes, como perezosos, en cuanto sus soportes están vinculados a programas públicos.

La propuesta de Martuccelli rompe con el mito del hombre moderno libre, independiente y autónomo, y va en contravía con las exigencias sociales e institucionales que obliga a que cada persona desarrolle su propia trayectoria biográfica. El “hacerse a sí mismo” se convierte en un hito, soportado por una psicología positiva, que se nos presenta de forma agobiante en todos nuestros espacios culturales y personales como salida para sostenernos en el mundo. Exigencia que, en contextos de profundas desigual­dades, se configura de forma paradójica, porque el individualismo entre los sectores populares se construye en un marco de inestabilidad, de fragilidad personal y social, que choca con las exigencias de responsabilidad promovidas desde lo social; incluso, desde la intervención.


BIBLIOGRAFÍA

Capriati, Alejandro, 2015. Desigualdades y vulnerabilidades en la condición juvenil: el desafío de la inclusión social. Convergencia, Revista de Ciencias Sociales. UAEM, núm. 69, septiembre-diciembre 2015, pp. 131-150. Buenos Aires.

Castel, R. (1977) Las metamorfosis de la cuestión social. Una crónica del salariado, Buenos Aires: Paidós.

Martuccelli, Danilo (2007a), Gramáticas del individuo, Argentina: Losada.

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