lunes, 28 de diciembre de 2020

GÉNERO: PRINCIPIO AUTOCOBAYA COMO MÉTODO

Conócete a ti mismo quiere decir envenénate a ti mismo, transfórmate a ti mismo (Beatriz Preciado, 2008: 253). 

Beatriz Paul Preciado

Beatriz Preciado, hoy Paul B. Preciado, empieza a intervenir su cuerpo con testosterona en gel para experimentar el intergénero sin que mediara ningún protocolo oficial de cambio de sexo. Experimentos similares fueron realizados por Freud y Benjamín, quienes realizaron registros sobre sus prácticas de intoxicación voluntaria, con cocaína y hachís respectivamente, como medio de aproximación a un fenómeno estudiado.

Este proceso lo denomina Principio Autocobaya (PA), entendido como un modo de saber y transformación política; como un conjunto de políticas de experimentación corporal y semiótico-técnica. Por ello no basta intervenir el cuerpo con sustancias sino reprogramar el alma, someter su subjetividad a través de ejercicios de reeducación y control del sistema de reacción emocional, a través, por ejemplo, de talleres Drag King. "El que quiera ser sujeto político que empiece a ser rata de su propio laboratorio" (2008: 248), señala Preciado mientras se autoaplica testosterona y escribe Testo Yonqui. Principio o método que fue expulsado de las narrativas dominantes contemporáneas, de los discursos del feminismo y de los movimientos de liberación de minorías sexuales.

Primero, parte de reconocer que el género es una construcción social de carácter binario (femenino/masculino), lo cual supone un ejercicio de violencia simbólica sobre los sujetos al obligarlos a elegir una u otra categoría. Su apuesta es resistir a este proceso de normalización de los cuerpos, tanto físico como subjetivo.

Segundo, considera que los sujetos tienen la potestad de definir su género o, incluso, diluirlo en una serie de posibilidades abiertas que están por descubrir-: “Mi género no pertenece a mi familia ni al Estado ni a la industria farmacéutica. Mi género no pertenece ni siquiera al feminismo, ni a la comunidad lesbiana, ni tampoco a la teoría Queer. Hay que arrancar el género a los macrodiscursos y diluirlo en una buena dosis de psicodelia hedonista micropolítica” (2008: 284).

Tercero, asumir el PA es adentrarse en un campo de resistencia política. Más que la representación, la autoexperimentación intencional supone la capacidad de resistir y rechazar la norma, de crear planos de acción subjetiva.

Cuarto, el PA supone una resistencia a los dispositivos y caminos trazados por los contextos social, científico y jurídico.

Quinto, la dependencia. Mientras escribía Testo Yonqui, Preciado señalaba que una pequeña dependencia no podría llamarse testomanía. El problema, señala: “es la gestión de la propia identidad: hombre, mujer, transexual, trasgénero, etc… es el diablo que se mezcla con la sangre” (2008: 304).

Es indudable que Testo Yonqui abrió todo un campo de discusión tanto entre las narrativas feministas como en las ciencias sociales. Desde éstas cabe preguntarse por los límites del Principio Autocobaya como método de investigación.

¿En qué medida la inmersión como objeto/sujeto de investigación sin ningún tipo de mediación, nos acerca a una mayor comprensión de la realidad? Independientemente de los riesgos que se asume como sujeto, cabe destacar si esta inmersión es limitada en términos metodológicos. El sujeto podrá intervenir su cuerpo para alcanzar el nivel de objeto en su plenitud, pero nos abocamos al problema de la representatividad. Las subjetividades descubiertas no dejan de ser de un sujeto que está situado socialmente, de un cuerpo, incluso, biológico, que posee una historia y una serie de atributos, los cuales pueden ser compartidos por otros grupos sociales. Pero quedarían por fuera de la investigación una serie de cuerpos intervenidos, cuyas opciones sociales se distancian de las de Beatriz y/o Paul B. Preciado en cuanto a sus posibilidades y subjetividades.

No obstante, su permanente capacidad de cuestionar lo normalizado, su resistencia a aceptar todas aquellas categorías sociales construidas relacionadas con los campos del feminismo y la sexualidad, nos lleva a seguir abordando el pensamiento de ella y/o él en próximas entradas, por su capacidad de trasgresión académica, social y política en su rol de hacker trans, capaz de construir categorías sociales como bio-capitalismo farmapornográfico.


BIBLIOGRAFÍA

Preciado, Beatriz, 2008, Testo Yonqui. Editorial Espasa, Calve S.A. España.


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