domingo, 30 de abril de 2023

ACOSO SEXUAL EN LAS UNIVERSIDADES


Imagen de una pintada

Cada vez son más frecuentes las denuncias de acoso sexual en el ámbito académico. Es el caso de la reciente denuncia contra Boaventura Sousa Santos, famoso académico, sociólogo del Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coimbra (Portugal), con importantes aportes en la construcción de la teoría colonialidad/decolonial en Latinoamérica.

Debido a las presiones, pintadas y denuncia de manera indirecta, a través de una publicación en la cual tres exinvestigadoras de la institución denuncian el acoso sexual sufrido (Negreiros y Pina, 2023) , la universidad por fin decide abrir una investigación con miras a construir “una comisión independiente en un breve período de tiempo, que será responsable de identificar las fallas institucionales e investigar la ocurrencia de la referida conducta antiética” (Esquerda, 2023).

Boaventura Sousa Santos se defiende de estas acusaciones y señala que para él, “el objetivo [de la misma] es echar barro sobre los que se destacan y luchan por un mundo mejor. El neoliberalismo está robando al alma la solidaridad y la cohesión social y creando subjetividades que canalizan sus resentimientos en acusaciones que saben que no pueden ser efectivamente contradictorias” (Esquerda, 2023).

La primera reflexión sobre acoso sexual en el ámbito académico se presenta en 1974, en la Universidad de Cornell (USA), como resultado de las experiencias sufridas y narradas por un grupo de feministas. Lentamente el acoso sexual fue construyéndose como un problema social que tuvo expresión en el campo legal (1986 en USA y 1995 en España), y posteriormente ratificado en acuerdos de orden internacional. Sin embargo, los estudios señalan que aún no se ha configurado como un verdadero problema social en el ámbito académico, que el acoso sexual es un concepto difuso para buena parte de los y las estudiantes; y que las universidades, especialmente las privadas, no han adelantado de manera suficiente una reflexión, formación, protocolos y programas de evaluación con miras a prevenir este tipo de violencia. Por lo cual las y los estudiantes se sienten desprotegidas/os; mientras los y las profesores/as siguen siendo figuras intocables, en pos de salvaguardar el buen nombre de las instituciones (Alonso- Ruido, et al., 2021).

Tal como señala el equipo de estudiosas de género de la Universidad (Ferrer Pérez, et al., 2014), el acoso sexual, por un lado, es un problema de poder, no un problema sexual; y por otro, no sólo es un problema de poder jerárquico sino de género. En este sentido, supone abuso de poder para demandar o exigir satisfacciones sexuales no deseadas por la víctima; sumado a la existencia de relaciones patriarcales, las cuales contribuyen a invisibilizar el problema y a que éste sea asumido en soledad por la víctima (Teresa Torns y cols. (1996, citado por ). Por ello, los datos arrojan que son las mujeres las que sufren más acoso sexual, “están más expuestas porque sufren muchos comportamientos machistas propios de una cultura patriarcal, carecen de poder, porque se encuentran en situaciones más vulnerables e inseguras, por la falta de confianza en sí mismas, porque han sido educadas por la sociedad para sufrir en silencio o, incluso, porque corren peligro de ser acosadas cuando son percibidas como competidoras por el poder (CINTERFOR, 2009, citado por Ferrer, 2014)”. Esto no obvia que los hombres cada vez más sufran acoso sexual, en especial si pertenecen a la comunidad LGTBIQ+.

El acoso sexual incluye un amplio abanico de conductas de carác¬ter sexual no deseadas, ofensivas y amenazantes para la víctima, que pueden ir desde atención sexual no deseada, gestos y/o actitudes, hasta conductas verbales o físicas (Nielsen et al., 2010).

Desde el blog celebramos la valentía de mujeres y de hombres que se atreven a denunciar el abuso de poder por parte de la jerarquía profesoral en las instituciones académicas, porque el daño causado va más allá de interrumpir trayectorias académicas y laborales, atenta contra la dignidad y fragilidad de los y las estudiantes, contra su integridad física y moral. Por ello, cabe la necesidad de arropar y solidarizarse con las y los denunciantes, de demandar protocolos de prevención, de discutir en los campos universitarios sobre qué es acoso sexual y cómo podemos luchar contra él, además de demandar a las instituciones universitarias un compromiso real en contra de éste.


BIBLIOGRAFÍA

Alonso-Ruido, Patricia; Martínez-Román, Rosana; Rodríguez-Castro; y María Victoria Carrera-Fernández (2021). El acoso sexual en la universidad: la visión del alumnado. Revista Latinoamericana de Psicología, 53, 1-9.

CINTERFOR (Centro Interamericano para el Desarrollo del Conocimiento en la Formación Profesional) (2009). El acoso sexual. Recuperado el 17 de marzo de 2010. en: http://www.cinterfor.org.uy/mujer/doc/cinter/pacto/cue_gen/aco_sex.htm

Ferrer Pérez, Victoria; Navarro Guzmán, Capilla; Ferreiro Basurto, Virginia, Ramis Palmer, M. Carmen; Escarrer Bauzà, Catalina (2014). El acoso sexual en el ámbito universitario: elementos para mejorar la implementación de medidas de prevención, detección e intervención. Ministerio de sanidad, servicios sociales e igualdad.

Negreiros, Adriana y Pina De Universa, e Rute. En: Universa, 11/04/2023 17h09. https://www.uol.com.br/universa/noticias/redacao/2023/04/11/sociologo-portugues-boaventura-de-sousa-santos-e-acusado-de-assedio-sexual.htm?s=08&cmpid=copiaecola

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