domingo, 9 de febrero de 2020

El PROCESO DE DESVIACIÓN EN DAVID MATZA

En esta entrada queremos reflexionar de la mano David Matza sobre el problema de la desviación, centrándonos en sus primeros capítulos de su libro “El proceso de desviación”, escrito en 1969.


Presenta una aguda crítica a la Escuela de Chicago, sin llegar a desconocer los aportes y cambios planteados a través del tiempo por los diversos investigadores de dicho grupo.

Inicialmente Matza expone una definición nominal sobre la desviación, y señala: “desviarse es salirse fuera, por ejemplo, de un camino o de una pauta” (1981:21). 

La desviación social es un asunto de grado, es una designación que en algunos contextos sociales es dudosa, pues en una sociedad pluralista la desviación de uno puede ser la costumbre de otro. Incluso, aunque en el campo jurídico se legalice o institucionalice un fenómeno considerado desviado, en el campo social esta ambigüedad puede permanecer, de ahí la importancia de estudiar los desacuerdos sociales, los cuales tienen múltiples consecuencias. Sin embargo, esta ambigüedad no supone el rechazo global de la idea de una moralidad común y de la existencia, de hecho, de fenómenos sentidos comúnmente como desviados.

Según el autor, una mirada desde el campo sociológico de la desviación implica: 

  • Abandonar una mirada correccional del fenómeno.
  • Asumir una posición desde la apreciación y simpatía hacia el sujeto.
  • Renunciar a una concepción patológica del fenómeno y abordarlo desde la diversidad humana.

Para la perspectiva correccional la tarea es indagar sobre la raíz de las cosas, con miras a eliminar las causas junto con los efectos.

La perspectiva correccional impide de manera sistemática empatizar, simpatizar y comprender al sujeto investigado. Por un lado, comprender e interpretar las pautas sociales y los matices del comportamiento humano que siguen dichas pautas. Son posiciones -cognitiva y afectiva- esenciales para salvar la enorme distancia existente entre el que analiza y el analizado.

La apreciación puede suponer una posición que entrañe compromiso –con los problemas y con las personas que intervienen - para dar cuenta de ellos con fidelidad y sin violar su integridad. El esfuerzo del investigador “comprender e iluminar el punto de vista del sujeto e interpretar el mundo tal y como se le aparece a éste” (1981:37).

Por otro lado, la idea de diversidad es opuesta a la de patología. Para Matza “la diversidad es una variación o un cambio viables” (81:58). Llama la atención en el sentido de no repudiar el concepto de patología e irse al lado opuesto de romantizar los fenómenos desviados.

Hoy por hoy, Matza es un clásico de la desviación social, cuyo libro nos permite adentrarnos en la riqueza descriptiva de la diversidad de mundos desviados, sin que ello suponga el abandono de la teoría. Se apoya en estudios sobre la desviación presentados desde las corrientes funcionalista y la Escuela de Chicago, para dialogar y exponer críticas profundas y sutiles.

En una próxima entrada continuaremos profundizando en las teorías de este autor, abordando temas como “Las técnicas de la neutralización”.


BIBLIOGRAFÍA

Matza, David, 1981, El proceso de desviación. Taurus, Madrid.

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