domingo, 28 de julio de 2019

CONFIANZA Y COHESIÓN SOCIAL EN EL DESARROLLO

Confianza colectiva

En esta entrada profundizaremos en el concepto de confianza, constructo que hace parte desde 2005 del programa de cohesión social de la Unión Europea con América Latina (EUROsociAL).

Considerar la construcción social de la confianza como elemento básico para la cohesión social, supone enfatizar no sólo en las dimensiones objetivas -centradas en el cierre de vergonzosas desigualdades socioeconómicas, así como en el acceso a derechos- sino en aspectos subjetivos.

Cecilia Güemes (2019) destaca cómo en sociedades complejas y con alta incertidumbre, la confianza:
“es una necesi­dad pre-funcional de las relaciones sociales en tanto se configura como una apuesta que gene­raliza las expectativas de comportamiento reemplazando la insuficiente información por una seguri­dad internamente generalizada. La confianza es una combinación de conocimiento e ignorancia, una indiferencia cuidadosa, una relación social que se da dentro de un marco de interacción que ofrece seguridad y amplía las posibilidades de acción en el presente orientándose también hacia el futuro (Luhmann, 1996, citado por Güemes, 2019: 10).

En sociedades como las latinoamericanas, caracterizadas por una baja credibilidad de las instituciones, por la existencia de una corrupción estructural del campo político articulado al económico, por una débil cultura de la legalidad, cuya opción social no es confiar, sino desconfiar. Situación que dificulta las interacciones y los acuerdos políticos y sociales.

Por ello se hace indispensable abordar la gobernanza desde el marco de la confianza en pos de la construcción de la cohesión social. Güemes plantea que la confianza es vivenciada como una experiencia no individual sino intersubjetiva, que transcurre bajo dinámicas estructurales, institucionales e imaginarios o representaciones sociales que forjan dichas relaciones.

Para su análisis plantea tres dimensiones: primero, la confianza se fundamenta en una base racional sustentada en información, en hechos sociales, que permite interpretar la realidad del entorno. Segundo, posee una dimensión afectiva, soportada en emociones y sentires, más o menos conscien­tes que influyen decisivamente en la decisión de suspender la duda respecto al otro y actuar “como si” fuera digno de confianza. Finalmente, está la dimensión sociológica-rutinaria construida sobre la opinión del otro, de los otros, sostenida en la ficción y la expectativa de que todos los otros se comportarán de modo adecuado, respetando las reglas del juego, los acuerdos (Güemes, 2019:11).

Los estudios muestran que procesos crecientes de desmercantilización de la fuerza de trabajo, asociados a derechos y prestaciones sociales universales tienen un efecto positivo en la construcción de la confianza, tanto en términos objetivos como emotivos. Igualmente, la existencia de instituciones estatales creíbles que sancionen a los potenciales jugadores oportunistas, son la base objetiva para reducir la sensación de injusticia, impunidad e impotencia generalizada que puede desencadenar en el resentimiento y falta de credibilidad en las reglas del juego.

Pero la construcción de relaciones de confianza no se fundamenta solo en hechos objetivos, sino en las representaciones sociales, es decir, en la información que tenemos sobre el otro, construida a través de los campos mediático, político, educativo y social. Por ello, es primordial la construcción de relatos sociales que den sentido a lo colectivo, a la idea de nosotros para generar confianza. Relatos basados en las relaciones de reciprocidad: “Si se percibe que los otros actúan como si también confiaran en uno, esto es: si me siento depositario de confianza, también confío” (Güemes, 2019:12).

Existe la necesidad de un relato que de sentido a lo colectivo, a la idea de un nosotros para generar confianza.

Como veremos en la próxima entrada, la confianza se constituye hoy por hoy en práctica fundamental para la construcción de cohesión social, fundamento de la política pública y de la gobernanza.


BIBLIOGRAFÍA

Güemes, Cecilia (2019), Marco conceptual: confianza y cohesión social. En: Eurosocial, Encuentros de Cohesión Social. Tejiendo confianza para la cohesión social: una mirada a la confianza en América Latina . Herramientas Eurosocial, Nº 07/2019.

Luhmann, Niklas (1996). Confianza. Barcelona: Anthropos.

domingo, 21 de julio de 2019

PERSONALIZACIÓN DEL VOTO EN ELECCIONES LOCALES

¿El voto es diferente en las elecciones nacionales o locales? ¿Se vota por ideología o por los candidatos? ¿El tamaño de los municipios explica el tipo de voto? El artículo de Riera Sagrera, et al (2017) indaga sobre estas cuestiones. Realiza un estudio de orden cuantitativo en el cual analiza las elecciones de 1999, 2007 y 2011; y considera cinco grandes ciudades y 15 municipios españoles; además, contempla variables socioeconómicas como sexo, edad, educación, situación de desempleo, entre otras.

Se preguntan si la propensión a votar a un determinado partido en las elecciones municipales está relacionada con la valoración que hacen los votantes de su candidato a la alcaldía. Si la proximidad de los candidatos –medida por el tamaño del municipio- influye en el momento de votar.

El marco analítico del que parten es el de la personalización o presidencialización de la política basado en la importancia dada a los candidatos y líderes en la dirección de sus partidos, en la acción de gobierno y en la competición electoral. Guillem Rico (2009: 13 y 23) caracteriza la personalización como:
“el creciente impacto de los líderes en las decisiones de los votantes en relación al peso de otros factores, y en particular el de las identidades partidistas y otras predisposiciones políticas”; afecta a “la manera en que los ciudadanos procesan la información política, la forma en que ven a los partidos, juzgan a los gobiernos y se forman opiniones sobre los temas de debate político” (citado por Sagrera, et al, 2017:2).

Indica cómo el rol de los líderes o candidatos políticos no sólo es importante en los sistemas presidencialistas sino en los parlamentarios. Tres factores explican el fuerte vínculo entre la personalización/presidencialización de la política y el voto a nivel local en España. Primero, debido al fuerte personalismo del diseño institucional del régimen electoral, por ejemplo, sólo los cabezas de las listas electorales pueden competir por la alcaldía. Segundo, las elecciones locales se conciben en clave neo-presidencialista. Y, tercero, los alcaldes son figuras fuertes, estables y poseen recursos y capital político.

Los resultados demuestran, primero, que el denominado voto ideológico es más importante en municipios grandes. Segundo, una buena valoración del candidato a nivel local eleva la probabilidad de votar por el partido que representa, pero este efecto disminuye conforme aumenta el tamaño del municipio. El tamaño del municipio está asociado al vínculo directo que tienen los votantes con los candidatos, con su proximidad, expresada en la interrelación establecida a través de múlti­ples canales administrativos y de servicio. No obstante se plantean evidencias en torno a la personalización del voto en las elecciones municipales de España (Sagrera, et al, 2017:9).

En conclusión, a nivel local se tiende a votar a las personas, es decir, hay un efecto de personalización del voto modificado por el tamaño del municipio y el paso del tiempo de la candidata/o en el poder.

El marco explicativo de estos resultados podría enriquecerse a través de la triangulación metodológica, que contempla simultáneamente estudios cualitativos orientados a indagar en las localidades pequeñas sobre: los habitus o inercia del votante a nivel local, la sanción social a la competencia electoral, la poca disposición a disputar el poder político cuando éste está fuertemente institucionalizado, la lenta renovación generacional –dada la alta tasa de abandono de los pueblos por parte de los jóvenes-, en fin, elementos sociológicos que explican la votación como resultado de prácticas y habitus políticos, además de la sanción social ejercida con mayor fuerza a nivel local.

BIBLIOGRAFÍA

Rico, G. 2009. Líderes políticos, opinión pública y comporta­miento electoral en España. Madrid: Centro de Investi­gaciones Sociológicas.

Riera Sagrera, P., Gómez Martínez, J. A. Mayoral Díaz-Asensio, P. Barberá Aragüena y J. R. Montero Gilbert. 2017. “Elecciones municipales en España. La personalización del voto”. Revista Internacional de Sociología 75 (2): e062. doi: http://dx.doi.org/10.3989/ris.2017.75.2.15.140

domingo, 14 de julio de 2019

AUTODEFENSA LABORAL, UNA ALTERNATIVA AL MONOPOLIO DEL DERECHO

Conflicto laboralEn una entrada anterior, nos referíamos al concepto de monopolio del derecho de Pierre Bourdieu. El sociólogo francés introdujo la idea de que el campo jurídico es un espacio en el que se establece una lucha en torno al decir lo que es derecho. Un juego en el que los profesionales del derecho se distancian de los profanos a través del manejo del lenguaje jurídico (Bourdieu, 2000).

Este enfoque de Bourdieu nos sirvió como marco teórico en proyectos en que analizamos las barreras a la judicialización, en problemáticas sobre derechos humanos y, especialmente, en nuestra investigación sobre acoso laboral

Recientemente asistimos a una charla sobre autodefensa laboral que nos pareció la realización práctica más cercana a esas teorías de Bourdieu. Pero, primero: ¿qué es autodefensa laboral? Se trata de iniciar procesos judiciales laborales sin contar con profesionales del derecho. Las normas laborales españolas lo permiten en los actos de conciliación y en los juzgados de primera instancia. Además, el proceso de digitalización en el que vivimos ha permitido el surgimiento de portales en los que se cuelgan formatos de papeletas de conciliación laboral e, incluso, demandas. De modo que la, en otros tiempos imposible, tarea de elaborar una demanda judicial se ha convertido en algo más al alcance de los profanos.

Nos pareció de gran interés la exposición de los logros alcanzados por un grupo de trabajadoras/es de CNT-Barcelona, que no sólo están ganando juicios a través de acciones de autodefensa; sino que han logrado judicializar problemas bastante olvidados por los abogados laboralistas, como la cesión ilegal de trabajadoras/es. E, incluso, habían conseguido inhabilitar para contratar con el estado a una gran empresa del sector de informática por condenas repetidas por vulneración a los derechos de las trabajadoras/es. Todo ello combinado con piquetes y otras expresiones de acción directa.

A primera vista, la autodefensa laboral puede ser vista como una estrategia utópica. Pero, bajo nuestro punto de vista, muestra un camino de empoderamiento no sólo a nivel sindical, sino en el plano de las víctimas y los colectivos dedicados a la defensa de los derechos humanos.


BIBLIOGRAFÍA

Bourdieu, P. (2000). Elementos para un sociología del campo jurídico, en Bourdieu, P. y Teubner, G., La fuerza del derecho. Bogotá: Uniandes.

domingo, 7 de julio de 2019

FLEXIGURIDAD, ¿UN CONCEPTO O UNA AGENDA POLÍTICA Y ECONÓMICA?

En 2006 emerge el concepto de Flexiguridad en el Libro Verde: Modernizar el Derecho laboral para afrontar los retos del siglo XXI, editado por la Unión Europea. Poco a poco esta estrategia se ha ido encarnando en las políticas europeas, las cuales combinan flexibilidad con seguridad del empleo, conceptos contradictorios que han acarreado discusión en los campos académico, económico y político. 

Teóricamente la flexibilidad se sustenta en tres pilares: amplias protecciones por desempleo; extensas medidas de flexibilidad: mercado laboral flexible; y políticas activas de empleo: formación, autoemprendimiento.




La tabla siguiente resume los conceptos en torno a la flexibilidad y la seguridad, presentados por Tross (en:Tangian, 2008):



Fuente: Tangian, 2008: 108.

El modelo libera el mercado de trabajo, lo torna altamente flexible; traslada parte de la responsabilidad de la situación de desempleo a los sujetos y les demanda estrategias personales en torno a la formación y el autoempleo; mientras las políticas de protección y seguridad pierden fortaleza al minimizarse el papel de los Estados en las regulaciones y protecciones sociales. El modelo busca legitimar la flexibilidad laboral a través de discursos en torno a la seguridad, mientras las políticas neoliberales se imponen sin mayor capacidad de las organizaciones sindicales y sociales para contrarrestar sus efectos nefastos en buena parte de los modelos europeos de protección. 

En este sentido apunta la crítica a la flexiguridad señalada por Tangian: “Un cambio de la seguridad en el trabajo hacia la seguridad en el empleo dentro de la estrategia de flexiguridad no puede implantarse consistentemente. Nuestro estudio ofrece pruebas empíricas donde una alta empleabilidad puede difícilmente alcanzarse al amparo de un empleo flexible” (2008:152). 


BIBLIOGRAFÍA

Comisión de las Comunidades Europeas (2007) Comunicación de la comisión al parlamento europeo, al Consejo, al comité económico y social europeo y al comité de Las regiones. Hacia los principios comunes de la flexiguridad: más y mejor empleo mediante la flexibilidad y la seguridad. Bruselas, 27.6.2007. 

Tangian, Andranik (2008) Flexiguridad europea: conceptos (definiciones operativas), metodología (instrumentos de seguimiento) y políticas (implantaciones consistentes), Lan Harremanak/16 (2008-I) (99-153).