jueves, 22 de diciembre de 2022

SINDICALISMO EN LA ECONOMÍA DE LAS PLATAFORMAS

Imagen de un rider
Con anterioridad ya habíamos dedicado una entrada a
las supuestas ventajas de la flexibilidad característica de este sector de las plataformas digitales. Ahora, nos llega un interesante artículo sobre las condiciones de posibilidad de la acción sindical entre los trabajadores de este mundo laboral en auge.

Nos parece muy procedente retomar a Charles Tilly, historiador y sociólogo del trabajo, que en 2001 ya se refirió a la empresa del siglo XXI en el marco de una nueva mercantilización del trabajo al estilo del siglo XVII.

Como señala Köhler, el crecimiento más reciente de este tipo de empleo está ligado infraestructuras digitales para la comercialización de una gran variedad de productos (Amazon), servicios (Uber, Deliveroo, Glovo), trabajo (Upwork), alojamiento (Airbnb), etc. Pero en sus inicios, los protagonistas eran artistas, músicos, actores y profesionales más cualificados y con mayor poder de negociación de sus condiciones de trabajo que los actuales riders.

El autor esboza cuatro características del empleo de estos nuevos trabajadores de las plataformas: escasa capacidad de decisión en los procesos de trabajo; son fácilmente sustituibles; inexistencia de negociación alguna con el empresario en cuanto a precios, tiempos, modos de entrega; y, por último, existencia de un gran número de trabajadores disponibles para la realización de la tarea.

Todo ello incide en la dificultad para el desarrollo de un trabajo sindical, unida al fuerte aislamiento y a una autopercepción temporal de estos empleos. Si bien la adscripción a foros y redes sociales de denuncia aparecen como mecanismos de organización en recientes conflictos habidos en estas nuevas formas de trabajo.

Creemos que estas debilidades, unidas a la lejanía con un sindicalismo tradicional e institucionalizado, se configuran como barreras para el despliegue de la acción colectiva en un contexto de fuerte precarización. Falta por ver si las noticias que nos llegan a través de los medios de comunicación constituyen el arranque de una lucha necesaria o, si por el contrario, son la excepción que confirma la regla de la desregulación.


BIBLIOGRAFÍA

Köhler, H-D.(2022). Sindicalismo ‘Gig’ o la acción colectiva en la economía de las platafor-mas, Cuadernos de Relaciones Laborales, 38(2), 325-343

Tilly, Ch. (2001). “Welcome to the Seventeenth Century”. En P. DiMaggio (ed.), The Twenty-First-Century Firm (pp. 200-209). Princeton: Princeton University Press.

jueves, 8 de diciembre de 2022

PODER INSTRUMENTARIO, EL GRAN OTRO EN SHOSHANA ZUBOFF

Imagen del poder instrumentario
En esta oportunidad queremos detenernos el concepto de Poder Instrumentario de Shoshana Zuboff. El capitalismo de la vigilancia impone su voluntad a través de los dispositivos digitales, a los cuales la autora denomina Gran Otro. De manera silenciosa unas pocas empresas como Meta (antigua Facebook), Google y Amazon, capturan nuestros habitus, prácticas, deseos, sentimientos y sueños para comercializarlos y generar predicciones que serán vendidas a grandes empresas aseguradoras, de salud, concesionarios de autos, partidos políticos, entre otras; quienes a su vez pueden moldear nuestros comportamientos como consumidores, sujetos sociales y políticos.

Merced a la capacidad del Gran Otro, el poder instrumentario aspira alcanzar una condición de certeza y elevar con ello sus ganancias. Gracias a su capacidad de ubicuidad, la experiencia humana puede ser observable y medible, llamada por la autora como indiferencia radical. Según Zuboff, en 2018 el centro de inteligencia artificial de Meta estaba procesando billones de datos al día, para predecir alrededor de seis millones de datos de comportamientos. Pronósticos que nos son desconocidos, pero sí utilizados para orientar nuestros comportamientos; se sabe que determinada información puede desencadenar en reacciones más virulentas que otras, alimentar la homofobia, la xenofobia, el racismo, etc. Todo ello a espaldas de la ciudadanía. Por ello, el capitalismo de la vigilancia no es compatible con la democracia.

Posiblemente el sueño de Skinner expresado en su novela Walden Dos se pueda hacer realidad, en la medida en se pueda despojar a todos los individuos de todo significado reflexivo. Arendt vaticinó el potencial destructivo del conductismo:

“…Lo malo de las modernas teorías del conductismo no es que sean erróneas, sino que podrían llegar a ser verdaderas, que en realidad son las mejores conceptualizaciones posibles de ciertas tendencias claras de la sociedad moderna. Es perfectamente concebible que la era moderna —que comenzó con una explosión de actividad humana tan prometedora y sin precedente — acabe en la pasividad más mortal y estéril de todas las conocidas por la historia” (citado por Zuboff, 2020: 472).

Gracias al Gran Otro, el poder instrumentario logra amputar nuestra propia conducta; ahora alcanza su condición de certeza sin rozar nuestros cuerpos, sin derramar una gota de sangre, por ello tendemos a bajar la guardia. Nos están violando nuestro derecho a la información, derecho llamada por la autora un derecho epistémico. Por ello, según Zuboff, la acción debe orientarse a que los ciudadanos tengamos el derecho a decidir libremente qué información deseamos trasmitir, a que las instituciones -elegidas colectivamente- tengan control sobre dicha información y no sea monopolio de unas cuantas compañías que transitan con total libertad e impunidad en los mercados de futuros conductuales. La información obtenida por dichas compañías ha supuesto un asalto, un robo: nuestros datos nos pertenecen y se debe legislar de manera global sobre su uso y control, por ello es importante abrir la discusión pública a este asalto que hemos normalizado.


BIBLIOGRAFÍA

Zuboff, Shoshana, 2020. La era del capitalismo de la vigilancia. La lucha por un futuro humano frente a las nuevas fronteras del poder. Traducción de Albino Santos PAIDÓS Estado y Sociedad.