domingo, 11 de septiembre de 2016

PREGUNTAS ABIERTAS: EXPECTATIVAS Y REALIDAD

Imagen de un cuestionario
En una entrada anterior nos referíamos a los límites de la encuesta como técnica de investigación. El hecho de contar con preguntas estandarizadas impedía captar adecuadamente los discursos en su contexto social y grupal. En ese sentido, vemos con frecuencia cuestionarios que incluyen preguntas abiertas con la pretensión de superar esas deficiencias.

Como señala Alfonso Ortí (1989, p. 196-198), las preguntas abiertas van dirigidas a captar el discurso espontáneo y libre del encuestado en cuestiones fácticas. No están codificadas en ítems y deben ser lo suficientemente neutras en su formulación, para no orientar ni precondicionar la respuesta.


La sistematización o codificación posterior de las respuestas nos puede ayudar a obtener una primera aproximación al enfoque motivacional, a asociar posiciones ideológicas con contextos sociales de estatus o de hábitat, por ejemplo. No obstante, Ortí considera que las preguntas abiertas son, más que una verdadera apertura cualitativa, una estrecha rendija que no permite la circulación del verdadero discurso ideológico espontáneo y libre. Debido a las dificultades de interpretación (y codificación) debidas a la gran ambigüedad de las respuestas, el análisis de estas preguntas resulta difícil.


Cabría añadir además que, por muchas expectativas de apertura cualitativa que los investigadores depositen en ellas, es muy poco probable que las preguntas abiertas logren romper la dinámica de estímulo-respuesta dominante en la técnica de la encuesta.


A lo largo de nuestra vida profesional hemos visto proyectos e investigaciones realizados con encuestas que colocaron enormes expectativas en esas preguntas abiertas. En la mayoría de los casos, el análisis de las preguntas abiertas no dio los frutos esperados. No pretendemos con ello recomendar no incluirlas en los cuestionarios, pero sí que se haga con menores ambiciones, como estrategia para enriquecer nuestras aproximaciones, para aclarar dudas o para contextualizar algunos significantes. Pero nunca como la manera de sustituir una verdadera investigación cualitativa complementaria a la encuesta.



REFERENCIAS


Ortí, A. (1989) “La apertura y el enfoque cualitativo o estructural: la entrevista abierta y la discusión en grupo”. En: García Ferrando, Ibáñez y Alvira, El análisis de la realidad social. Métodos y técnicas de investigación. Madrid: Alianza Editorial.

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