martes, 26 de febrero de 2013

MERCANTILIZACIÓN DE LA VIDA COTIDIANA Y DERECHOS HUMANOS

Valor de cambio y mercantilización
Uno de los textos más bellos de la historia de las ciencias sociales es “El carácter fetichista de la mercancía y su secreto”, de Karl Marx. En él, el autor describe un proceso característico del capitalismo, mediante el cual el valor de cambio de los objetos se impone a su valor de uso.

El resultado del fetichismo es la apariencia (fantasmagórica) de una relación directa entre las cosas y no entre las personas, lo cual significa que las cosas (convertidas en mercancías a través del predominio del valor de cambio) asumirían el papel subjetivo que corresponde a las personas (los productores de las mercancías).

Este proceso no se da sólo en lo económico, sino también en lo social. La mercantilización de la vida cotidiana puede ser uno de los elementos básicos de nuestra sociedad capitalista. Permea nuestras percepciones del orden social y económico, permitiendo que las lógicas del mercado se impongan a otras miradas de lo social. Así, la pobreza es el resultado de un proyecto laboral fracasado; la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes puede ser vista como un trabajo de los menores; la acción de los sindicatos puede ser percibida como una destrucción de riqueza; el acoso laboral puede ser leído como inadaptación al mercado de trabajo, etc.

En la mayoría de los contextos de estudio de los derechos humanos, la mercantilización de la vida cotidiana se opone al reconocimiento de los derechos. Por ejemplo, la ausencia de sentido del derecho o la debilidad del mismo en las víctimas de explotación sexual o de acoso laboral encierra también el triunfo de las lógicas del mercado: la supervivencia o la conservación de un empleo predominan sobre cualquier percepción de lo justo o injusto.

Se podría señalar también, siguiendo a Marx, que estas posiciones orientadas hacia lo material o hacia el mercado no son sólo resultado de representaciones individuales fantasmagóricas, sino de un entramado de relaciones que caracterizan al sistema capitalista. El trabajo o el sostenimiento convertido en una responsabilidad individual en la economía capitalista, genera relaciones marcadas por la desigualdad (obrero /patrón, rico / pobre) y la aceptación de un orden establecido que difumina la construcción de sujetos de derecho.


REFERENCIAS

Marx, K. (1976) El carácter fetichista de la mercancía y su secreto. En: El Capital, tomo I, capítulo I apartado 4, pp. 101-117. Madrid: Akal.

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