lunes, 25 de enero de 2021

¿PREDICCIONES SOBRE EL FUTURO DEL TRABAJO?

¿Es posible predecir el futuro del trabajo?
Enrique De la Garza se plantea en qué medida las ciencias sociales pueden realizar predicciones respecto al futuro del trabajo. Crítica los modelos predictivos en que se apoya la economía neoclásica centrando su análisis en las premisas que sustentan dichos modelos.

Primero, en estos modelos los sujetos son reducidos a variables estructurales. Tanto empresarios y trabajadores son cuantificados como capital y trabajo. Segundo, los sujetos son considerados actores racionales que requieren información para realizar una elección óptima. Por ejemplo, los empresarios orientan sus estrategias a la optimización de sus ganancias. Tercero, las variables deben ser cuantificables. Y cuarto, las variables que no pueden ser controlables son declaradas exógenas o resultado de fallas del mercado.

De la Garza plantea la necesidad de considerar tanto los aspectos sociales como políticos de los ejercicios “predictivos”. Concibe los procesos como “resultantes de las interacciones entre estructuras, subjetividades (procesos de construcción de significados) y acciones” (2018: 228). Contempla no sólo la esfera individual sino la estructural, la colectiva y la de actores con capacidad para liderar cambios.

Distante de considerar leyes universales, con carácter probabilístico, expresadas en modelos matematizados, plantea la dificultad de su construcción debido a la transformación permanente de la realidad, lo cual resta carácter determinista a dichas leyes dándole un sentido de tendencia, que puede ser afirmada o contrarrestada según la coyuntura específica. La realidad no es del todo azarosa, por ello hay un espacio de posibilidades en el que los sujetos pueden desplegar sus estrategias.

También destaca, por un lado, que las acciones de los actores, tanto individuales como colectivas, están plagadas de lo “irracional”: lo emocional, lo estético, lo moral, habitus y prácticas que llevan a plantear la existencia de tendencias más que de leyes. Por otro lado, no contempla variables exógenas ni fallas del mercado, sino que tanto la reconstrucción de la totalidad concreta como lo que influye sobre el fenómeno se van definiendo en la práctica de investigación.

Por ejemplo, para predecir el futuro del trabajo en México señala que habría que contemplar el tipo de estado, sus políticas y hegemonías en términos de clases y fracciones de clase; el modelo económico establecido; los modelos productivos implantados; los niveles de tecnología; las formas de organización del trabajo; las relaciones laborales; el perfil de la mano de obra; y culturas gerenciales, laborales y sindicales con respecto del trabajo, así como los encadenamientos productivos. Por último, habría que considerar los procesos de robotización y automatización.

Concluye: el futuro está relativamente abierto, no deja de ser presionado por estructuras, a veces muy sólidas, pero siempre hay un margen para la voluntad y para la acción de los sujetos (2018:260).


BIBLIOGRAFÍA

De la Garza, Enrique, 2018, El Futuro del Trabajo en México: apuntes para una discusión. En Revista Trabajo, Año 10, nº15, Enero- Junio, OIT, Plaza y Valdez Editores.

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